Camino hacia lo nuevo.

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Hola, mi nombre el Clara, hoy empieza mi vida en la gran nueva ciudad: Ciudad Secundaria, habitada única y exclusivamente por niños de secundaria (uh duhhhh) y maestros que imparten sus clases en el gran centro educativo de la ciudad; la ciudad (en realidad una isla del archipiélago "Heduscatos") es algo grande, lo suficiente para que haya 27 colonias de 50 casas cada una, una zona deportiva (con 3 campos grandes, una piscina y mesas de ping pong), un edificio de lujo para maestros, el aeropuerto, un centro de investigaciones científicas (donde se hacen practicas de laboratorio y nadie investiga nada ahí), un restaurante y el gran palacio del aprendizaje (de 25 salones de buena calidad). Realmente quede impresionada con tal ciudad, nunca creí que el gobierno de Zaragoza hiciera tan buenas obras, ¡Y MAS PARA NOSOTROS, LOS HUERFANOS!.

Cuando baje del avión, mi emoción se hizo presente en todo mi cuerpo, así que empecé a brincotear por aquí y por allá, emocionada; pedí un taxi hacia mi nueva casa (cuya dirección me habían dado al bajar del avión) y al llegar ahí, me emocioné, pues las casas eran de lujo, aunque solo de un piso, pero no había problema, pues tenía todo lo que sería necesario para vivir 3 cómodos años en Ciudad Secundaria para aprender todo lo esencial y salir dentro de 13 años al mundo real y enfrentar retos mas difíciles que los que se presentan aquí (tal vez).

La pequeña casita tenía una sala-comedor pequeña con una mesita de madera en el centro, 4 sillas y cubiertos en la mesita, había también una pequeña estufa, arriba tenía una alacena flotante, junto tenía un garrafón de agua infinita; la casa tenía una habitación donde se encontraban  una cama, una mesita de noche, un ropero y un escritorio con su respectiva silla giratoria. Sobre la mesita de noche se encontraban unos condones con la cara de Winnie the Pooh (Producto mas vendido de Disney) por la parte delantera, mientras que por la parte trasera se encontraba una oración que decía: "La calentura inevitable en estas épocas es, pero al menos saludable te debes mantener", cosa que me dejo sorprendida y un poco con la risa atorada en la garganta.

El cuarto de baño tenía una tina, una taza de baño y un lavabo, todos en color rosa (porque era obvia mi llegada, lo que me encanto era que la tina tenía modo Jacuzzi que me relajaría en tiempos de alto estrés; después de recorrer la casa, decidí empezar a acomodar todo para mi larga estancia y empezar a preparar mis cosas para el siguiente día, pues nos darían una formal introducción a lo que es la isla y todo lo que cuenta (que ya teníamos la remota idea por sus mendigos folletos) solo que...

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