Reencuentro

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Naruto estaba charlando en una de las calles con sus tres pequeños admiradores. Uno de ellos chocó acidentalmente con un chico bastante raro.

- Hey, mira por donde vas maldito enano.

- Lo siento -se disculpó Naruto por Konohamaru.

- Tsk. Estos ninjas de Konoha... Sois todos tan idiotas.

- ¡¿Nani?!

- Idiotas. Así es como sois.

- Basta Kankuro. Si él se enfada...

- ¡Me da igual! -dijo cogiendo a uno de los niños del brazo-. ¡Omae...!

Una pequeña piedra golpeó su mano e hizo que soltara al niño. Quien había tirado la piedra bajó desde un árbol, fue Sasuke.

- Los exámenes están a punto de empezar. Dejad las tonterías para otro momento -dijo con frialdad.

- ¿Quién eres? -preguntó Temari.

- ¿Debería decirlo?

- Así que... Estáis perdiendo el tiempo y molestando a los ninjas de Konoha... -dijo en un tono sombrío un peli-rojo desde el árbol de donde había bajado Sasuke.

- E-espera... ¡Empezaron ellos! -se excusó con miedo el chico de negro.

- Lo he visto todo... ¿Acaso no te dije que estuvieras tranquilo?

- ¿Desde cuando estaba ahí? No me percaté de su presencia -pensó Sasuke.

- ¡Gaara! ¡Ha sido un accidente! -se excusó Temari.

- ¿Un accidente? ¿Ellos se disculparon no es cierto?

- P-Pero...

- ¡Gaara-kun! -le llamó una voz femenina.

Al principio le costó reconocer quién era por culpa del paso del tiempo, pero para él, solo había una persona en el mundo que se atrevería a llamarle así. Era ella, la persona a la que tanto añoraba ver, la persona que le mantenía con esperanzas y con ganas de vivir, Sakura. Era ella, la misma chica que quiso abrazar desde que era niño.

Gaara no se contuvo y la abrazó. Sus hermanos por un momento pensaron que iba a matarla estrangulándola.

- ¡Sakura-chan! ¡Te he extrañado! -dijo cerca de su oído para que solo fuese audible para ella.

- Gaara-kun... Hablemos en otro lugar.

- Kankuro, Temari, id a los exámenes. Allí nos veremos -le dijo frío y alejándose un poco de Sakura.

Sakura y Gaara se tomaron de las manos, se dedicaron una tierna mirada y desaparecieron. Volvieron a aparecer en el monumento Hokage.

- No sabía que fueses de Konoha -le dijo Gaara-. Recuerda que aún me debes un helado -bromeó.

- Hai, hai. Gaara-kun, me alegra volver a verte. ¿Cómo te ha ido?

- Vamos niño, dile que todo el mundo te tiene miedo. Verás que feliz va a estar -dijo sarcástico Shukaku.

- Verás, después de que te fuiste. Mi tío... La persona que yo creía que me amaba, me traicionó. Él intentó matarme. Ni siquiera pensó una excusa... Mi estúpido padre, el Kazekage, mandó a mi tío a matarme y él aceptó. Me culpaba por la muerte de su hermana, mi madre.

- Ya veo... ¿Te descontrolaste?

- Sí... Lo siento...

- No fue tu culpa. Sabes, una vez también perdí el control. Mi familia lo pasó fatal... Fue esa época en el que estaba totalmente expuesta a el control de Haku. No era su intención pero insistí en que sobrecargara mi cuerpo con chakra y ni mi cuerpo ni mi mente pudieron controlar todo el poder.

El Cerezo De AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora