Nueva Especie (Sin Editar)

Encuentros peligrosos

Encuentros peligrosos

Elda comía su primer helado de chocolate, lo saboreo con placer terminandoselo en menos de un minuto.

—¿Cómo me divertire con Mía y Lucí?  Tengo varias ideas con Mía tal vez empiece cortandole un pie, luego un brazo... la cabeza —, Hablo con voz dulce característica de una niña de su edad pero sus palabras eran frías al igual que su mirada sonrió de medio lado y continuó,    —¿Podré cortarle por lo menos un brazo a Lucí? Será aburrido si no.

—Sabes muy bien que no, Lucí tiene que estar bien y completa cuando se la entreguemos al señor Rodríguez —. Respondió la mujer que la acompañaba.

—Ese viejo barrigón no puede tener control sobre mí, el no sabe nada sobre nosotras —. Mencionó mostrando un puchero.

—¿Y tú si sabes mucho? —. Preguntó la mujer sin despegar la mirada de la pequeña.

—Te pareces a mamá... recuerdo la última vez que escuche su voz, me cantaba una canción para que me durmiera y luego dejó de cantar, sus ojos estaban bien abiertos. Jeje supongo que ella fue la primera —. Dijo cambiando de tema la niña con una risa siniestra.

La mujer que la acompañaba sabia muy bien a lo que se refería ella, había matado a su propia madre ¿Cómo era posible tal cosa? Aunque ya le habían informado de muchas que lo hicieron.

—Fue un accidente claro está, era mucho más pequeña de lo que soy ahora y no controlaba mí poder, aún estaba fuera de mi y ella pagó las consecuencias, nunca quise matarla, después de todo era mi mamá —. Pareció por un momento haber una tristeza en sus ojos pero al momento se fue dejando volver esa mirada fría.

—Debemos seguir, ¿Estas segura de que es por aquí? —. Preguntó la mujer morena señalando la dirección hacia la derecha era de noche y ya casi estaba desierto.

—Pues claro jamás me equivocaria en algo así, recuerda que soy la única en poder localizarlas. Soy una niña pero no soy tonta —. Elda se sintió ofendida por tal desconfianza en poder encontrar a Lucia.

La mujer jalaba de la silla y continuaron. Elda en cada minuto veía los árboles y en estos nidos de pájaros protegiendo a sus crías del frío.

Elda río maliciosa, uno a uno los pajarillos fueron cayendo sin vida al suelo, eso parecía disfrutarlo como un simple niño jugando con su juguete favorito.

—¡Ya basta! ¡No puedes seguir matándolos! —. Gritó la mujer observando a la niña con rencor.

—Rayos, no puedo hacer nada. Odio esto, me mandas y me ordenas ¡Me estoy hartando! —. Gritó Elda malhumorada estando a punto de matarla frente a todos.

—Bien disculpa pero no me gusta ver que matan solo por placer, ¿Podrías hacerlo por lo menos cuando no esté presenté si tanto deseas hacerlo? Nuestra prioridad es encontrar a Lucí.

—Claro —. Sonrió Elda.

—¿Dónde está Lucí? —. Preguntó con voz molesta un hombre que se había interpuesto en el camino, las había estando siguiendo desde unas cuantas cuadras atrás.

—¿Y tú quién eres para dar órdenes? —. Preguntó Elda frunciendo el entrecejo.

—No estoy de humor ¡¿Dónde demonios está?!

—Valla forma de hablarme a mí. Ten un poco de respeto, insecto.

El hombre sacó rápidamente una navaja de bolsillo de su pantalón y lo arrojó directo a la cabeza de la mujer. Elda detuvo el trayecto de la navaja y lo atrajo hacia ella como si de un imán se tratara. Lo tomo con sus delicadas manitas y lo hizo girar sobre ella.

—Otra como ella, estoy repleto de anormales en esta maldita ciudad ¿De dónde demonios salen, Ustedes?

—¿Anormales dices? Jeje, ¡no! —. Gritó Elda furiosa y su mirada se iluminó como fuego,  —No soy ningún anormal pero tú eres un pedazo de basura.

La niña regresó el arma con velocidad estampandose en la mitad de la cara de Ivanov, una fina línea de sangre resbalaba de su herida y este cayó como aquellos pajarillos sin vida.

—Je, insecto inservible. Pedazo de sucia cucaracha.

—Gracias por salvarme... —. Agradeció la mujer perpleja.

—Te lo dije, te pareces a mamá debes agradecer por ello, si no ahora estuvieras cómo aquel hombre —. Elda señaló el cuerpo inerte de Ivanov.

Continuaron dejando el cuerpo en la calle, estaban cerca de llegar con Lucia y Mía. Pronto iniciaría una batalla entre ellas ¿Quiénes ganarán o perderán sus vidas?

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Un nuevo capítulo, que disfruten de la lectura pronto será la gran batalla entre estas poderosas especies mientras tanto pasaran muchas cosas antes. Nos vemos. Feliz Navidad a todos que se la pasen bien con sus familias, les deseo salud, amor y felicidad a todos.