9no capítulo

3.7K 114 1
                                    


Desperté por los golpeteos que sentí en la puerta de la habitación, era Marco llamándome como si estuviera siendo torturado de una forma muy cruel. Cuando entré en razón solo me coloqué mi bata y fui a abrir la puerta, él entró de forma rápida sin dejar que alguna palabra saliese de mi boca. Se acomodó en el sillón que estaba frente a la cama, abrió su boca para dejar salir sus palabras, pero esta vez la que empezó la conversación fui yo.

-Marco, dime qué está pasando, ahora.

-No quería decirte nada, porque sabría que no vendrías. Solo quería que lo vieras por tu cuenta.

-Y por qué no quisiera venir? Crees que es justo traerme por engaños hasta aquí?

-No, no es justo. Pero si importante, si hubiera hablado contigo de esto ni siquiera podría haber terminado de decir la primera oración que te irías.

-Bueno, ya estoy aquí. Ahora dímelo.

-Quiero que lo veas.

-De aquí no me muevo hasta que me lo digas -le dije frunciendo el ceño y cruzando los brazos-.

-Por qué siempre eres tan terca?

-Y tú por qué siempre quieres hacer todo a tu manera? Y de mala manera?.

-Bueno quieres que te lo diga?

-Eso es lo que te dije desde un principio.

-Bien, Bruno tu noviecito solamente se acostó contigo para marcarte, eras una muchacha más para él. La mafia rusa utiliza a los niños bonitos para seducir a las mujeres y luego utilizarlas en tráfico humano. Feliz?

-Tú estás enfermo, qué te crees inventando historias grotescas de la gente para que todo gire en torno tuyo? A caso no eres feliz con tus noviecillas huecas y tontas, con más silicona que cerebro que tienes que arruinar mi vida?

-Genial, ahora yo soy el malo.

-Quiero irme a mi casa, ahora.

-No te voy a dejar ir solo para que te hagan daño, entiende algo alguna vez.

-No me vas a tener encerrada aquí, comenzaré a gritar.

-Grita todo lo que quieras, nadie te oirá, el hotel es mío y está totalmente desocupado.

-Llamaré a la policía.

-Con qué teléfono? A parte, déjate de ridiculeces, te encanta estar conmigo y más si hacemos esas cosas chanchas que tanto te gustan.

-Cuando dejaras de ser tan idiota conmigo?

-Quizás nunca, me encanta hacerte enfadar.

-Imbécil. –le dije rodeando los ojos-.

-Bueno, me iré a interrogar a nuestro querido Bruno, o mejor dicho Dimitri Sokolov, y si te preguntas hasta con su nombre te mintió. Pido que te traigan un helado?

-No, iré contigo. Quiero ver que tan cierta es esta historia.

-Crees que puedes resistirlo? No quiero que estés mal, te contaré que este es el verdadero trabajo que siempre hizo mi familia, la empresa solo es una cortina, aunque se convirtió exitosa y famosa rápidamente.

-Ahora eres mafioso también? Wow por qué no me sorprende?-le dije sarcástica-.

-Genial, ya empezaste a creerte graciosa otra vez. Igual vendrás conmigo para eso te traje. Pero de esto ni una palabra a nadie, ok?

-No le diré a nadie quédate tranquilo.

Sin hablar más fui hasta la valija para buscar la ropa adecuada para ir al interrogatorio. Estaba asustada, nerviosa y ansiosa por lo que me encontraría cuando llegásemos, por un momento pensé que todo fue solo una historia inventada de Marco para secuestrarme a mí, luego tuve la idea de que solo fue una estrategia de Marco para quitar a Bruno del camino, no sabía que pensar estaba muy confundida, mucha información en poco tiempo de alguien que casi ni confío. Ahora es momento de pensar en que mi jefe es un integrante de la gran mafia Italiana o solamente forma parte de un escuadrón anti mafia, no lo sé quizás mis pensamientos son lo demasiado absurdos que solo buscan consolarme y asimilar todo lo que acaba de pasar hace cinco minutos atrás.

Cuando estuve lista sólo me quedo seguir a Marco por los pasillos del hotel hasta la gran camioneta negra que nos estaba esperando –Típico de un gran mafioso- pensé, pero no me dejaré llevar por las apariencias hasta que sepa a qué se dedica con exactitud.

Ya en camino hacia el lugar Marco volvió a mirarme con ese brillo tan especial en sus ojitos, cada vez que lo veía causaban ternura en mí, pero no puedo creer que yo esté diciendo esto, el idiota de mi jefe me parece tierno? Por favor soy una ilusa si llego a caer en sus juegos.

-Oye, si no puedes soportar el interrogatorio, solo dime y te traeré de nuevo al hotel, no quiero que sufras.

-Gracias por preocuparte por mí, pero he vivido cosas peores creo que esto puedo soportarlo.

Después de haberle dicho eso giré mi cabeza hacia la ventanilla y mi vista quedó perdida mirando el paisaje. Por qué se preocupa tanto por mí? Solo se dedica a tratarme mal y ahora es todo lo contrario que hasta asusta. Seguro todo esto debe ser una gran farsa y quiere reírse de mí.

A lo lejos se podía ver una gran construcción, en muy mal estado a decir verdad, seguro es un lugar abandonado que utilizan para hacer este trabajo, estaba muy lejos de la civilización y eso confirmaba que nadie escucharía los gritos del interrogado.

Al entrar pude ver a Bruno, amarrado en una silla, parecía que formaba parte de una película de acción. Realmente era Bruno, al confirmarlo de mis ojos calló una lágrima y comencé a preguntarme por qué había estado con él, por qué fui tan tonta y crédula, creí que le importaba pero a él solo le interesaba tener un poco más de dinero en sus bolsillos, sólo fui un número más para él. Lo único que pude hacer fue salir corriendo para caer de rodillas unos pocos metros más adelante, estaba totalmente destruida, no podía parar de llorar creí que era lo suficientemente fuerte pero solo soy una tonta niña crédula.

A los pocos segundos de haber caído sentí como Marco me abrazó por detrás, fue la única persona a la que pude aferrarme en ese momento y se sintió bastante bien. Decidí poner un poco de mi confianza en él, espero que no me defraude. Luego de eso me levanto y me llevó hasta su camioneta para depositarme suave y cuidadosamente en mi asiento, después de eso rodeó el vehículo para sentarse tras el volante y comenzar a conducir.

-Voy a llevarte de nuevo al hotel si?

-Está bien- dije entre sollozos- .

-Quédate tranquila, este maldito las va a pagar.

Solo asentí, ya casi ni tenía fuerzas para nada, solo para quedar apoyada en la puerta de la camioneta, cerrar mis ojos y dormir.

Cuando desperté ya estaba en la cama del hotel, con una nota en la mesita de noche.

Preciosa, He dejado un vestido y unos zapatos

para ti, esta noche cenaremos y pasaré por el

hotel a las 8:00.

Besos Marco.

Nunca se cansará de decirme qué hacer? Bueno después de todo es mi jefe.

El Jefe +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora