4to Capítulo

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Al llegar a casa, mi madre pregunta entusiasmada

-Jenni! Cómo te ha ido en tu primer día?

-Estoy cansada mamá, mañana hablamos- dije desanimada dirigiéndome a mi habitación.

-Bueno descansa- me dice con una dulce voz.

**

Sin ánimos me despierto por el odioso sonido del despertador, me dirijo al baño a tomar una ducha para luego bajar a desayunar con mi madre y comenzar un nuevo día en mi "bonito trabajo".

-He conseguido un departamento, en las cercanías de mi trabajo que puedo pagar.- dije con voz de alivio-

-Eso es muy bueno! Debemos ir a verlo y hacer tu mudanza!- responde con entusiasmo-

-Hoy por la tarde saldré antes del trabajo, podríamos hacerla-comento convencida.

Asintiendo con la cabeza me despide hasta la tarde. Sin perder más tiempo me dirijo hacia mi tortura del señor De Santis.

Dejé el auto en el estacionamiento y nuevamente me encuentro frente al imponente edificio, me daba miedo lo que podría llegar a pasar hoy con el detestable. Hice todo el camino para llegar a la oficina y encontrarme en mi agenda un recordatorio que decía que "el señor" De Santis tenía una reunión, lo había olvidado pero se notaba que él había hurgado en mis cosas y fue a cumplir con su deber. Al llegar a la sala de reuniones vi como todos los ejecutivos y administrativos salían de ella, quién fue el último? Marco.

-Deberás pagar lo que hiciste sabes?- murmuró al pasar a mi lado- a mi oficina, AHORA!.

Sin discutir cumplí con su orden, sabía que había hecho algo mal. No quería imaginarme lo que me haría, si me transgredió en el ascensor por haber empezado a trabajar qué hará para cobrarse mi error. Al entrar a la oficina lo veo sentado sobre su escritorio mirándome.

-Ven acércate- dijo haciendo señas con su mano- debo asegurarme de que recibas tu castigo.

-Hago horas extra, limpio la oficina, el baño, pero no me hagas nada por favor-supliqué casi llorando-

-Yo quiero que vengas y te pongas boca abajo sobre mi regazo- comentó usando un tono malicioso- debo castigarte.

Al ver que no cambiaría su opinión me vi obligada a ceder, no quería perder mi trabajo y volver a molestar a mi madre. Me acerqué y me coloqué sobre él como lo había indicado antes y sin darme aviso me pego una palmada en mi trasero haciéndome gritar y sentir como se esparcía el dolor por esa zona, volvió a repetir su acción 3 veces más. No satisfecho con lo que había hecho decidió quitarme la tanga e introdujo sus dedos en mí vagina para desatar el mismo episodio ocurrido mi primer día de trabajo. Después de haber vivido nuevamente ese infierno volví a casa para hacer la mudanza que habíamos programado con mi madre.

-Hija, cómo te ha ido hoy?

-Bien, creo – le comento utilizando un tono dubitativo- por suerte no me despidieron, olvide algo muy importante.

-Debe ser un buen muchacho tu jefe- dice muy entusiasmada casi dando brinquitos- debería conocerlo no crees?

-No creo que sea bueno mezclar familia con trabajo, ya sabes...

Con lo último dicho nos dimos cuenta de que ya era hora de ir rumbo al nuevo departamento y acomodar las cosas. Cuando llegamos mi mamá quedo fascinada con el tamaño de mi nueva casa, parecía más un pent-house que un departamento pero para mí era acogedor y muy cómodo. Al terminar de acomodar todo despedí a mi madre y fui directamente a ducharme, estaba exhausta necesitaba relajarme. Salí del baño y sin pensarlo dos veces me tiré sobre mi cama para quedar dormida al segundo.


El Jefe +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora