—¡¡¡¡Kaworu-kun!!!!—gritó con todas sus fuerzas.
¿Por qué también me abandonas?
¿Por qué tú...?
No podía hacer nada; la única persona- no, ¿ángel?. El único ser que le demostró lo esperanzador que podían ser las relaciones humanas en la vida.
Kaworu se sacrificó para detener el Cuarto Impacto. O eso es lo que quería pretender saber, ya que muy en el fondo supo que se sacrificó por él. La culpa se apoderó completamente de su cuerpo apenas fue consciente del verdadero fin de Kaworu.
Él sacrificó su valiosa existencia por... alguien como él.
¿Qué tan miserable tenía que ser mi vida para no poder ser feliz en ningún momento?
Duele... duele ¡Duele....! Duele demasiado.
Ahora mismo buscaba morir y renacer en otro mundo que no sea tan decepcionante como este.
¡¿Era mucho pedir eso?!
Su vida pasó delante de sus ojos. Cada memoria suya pasaba a mil por hora, podía percatarse en cada uno de ellos, su rostro triste tenía mayor presencia.
Lágrimas de impotencia caían por cada recuerdo que le mostraba su cabeza; estaba presenciando la desesperación, la desesperación de ver a alguien amado morir, la desesperación de saber que él también iba a morir en ese instante.(...)
—Está ultima vez... juro que si te haré feliz a mi lado, Shinji.
Despertó de golpe con la imagen de un desconocido en una especie de espacio negro con la hermosa Luna iluminándolo. ¡Y él lo llamaba por su nombre!
Causa de ello, dio un pequeño salto producto de la impresión de haber oído esas palabras en la realidad y tomó largas bocanadas de aire para regular sus acelerados latidos.¿Quién era ese chico y por qué esa figura se le hacia tan familiar a la vez?
Por alguna extraña razón, sintió... ¿alivio de verlo? No, no, no. Es imposible que sienta alivio por un simple sueño.Pasarlo por alto es lo que hizo, se trataba de algo creado por su cabeza, nada real.
Es lo que creyó... hasta entonces.
El mismo chico albino que apareció en sus sueños estaba de pie frente a sus compañeros de clases.
Su vista se volvió distorsionada y dejó de escuchar más. En un acto ingenuo, talló sus ojos para verificar si sólo era cosa de una mala jugada de su mente por haber saltado el desayuno ese día. Sobresaltándose, miró por reflejo el proveniente del tenue ruido a su lado; ¡¡era el chico tomando asiento muy cerca de él!!
A sonrisa de ojos cerrados, fue saludado por el transferido y casi como si fuese una reacción instantánea de su cuerpo, sintió sus mejillas ponerse calientes.
¿Ese chico es real? ¿Por qué es tan atractivo? ¿Por qué me ha tranquilizado el mero hecho de ver su sonrisa? Esas fueron las primeras preguntas que pasaron por su cabeza al verlo. Sus propios pensamientos lo dominaron a bajar la mirada; le intimidó la particular belleza que poseía.Era obvio el no caer en cuenta de la miradas que recaían en Shinji y el estudiante recién llegado, aunque definiendolo mejor; sólo en el segundo.
—Ho-hola, me llamo Shinji Ikari.
El contrario lo permaneció mirando repitiendo esa baja voz en su cabeza, Shinji le seguía pareciendo el ser más especial y hermoso del mundo. Su sonrisa se extendió más, satisfecho que no haya perdido ninguna característica suya después de no verlo por bastante tiempo.
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Tres son multitud | KawoShin |
RomanceKaworu Nagisa hace aparición en el instituto Seele; desde ese día, conflictos amorosos girarán en torno a Shinji junto a sus más cercanas amigas.