Capítulo siete.

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Pese la reciente distracción de Kaworu, el irse temprano de su casa le entregó el suficiente tiempo para asimilar los temas restantes, tan solo basándose en los efectivos métodos de enseñanza de su pareja, le facilitaba beneficiosamente su comprensión. ¡Él era realmente inteligente!

Sin embargo, apenas terminó de estudiar. Dentro de él, comenzó a desarollarse un extraño sentimiento de culpa, dado que Kaworu sacrificaba demasiado por él, y recién cae en cuenta que él jamás se detuvo a pensar en retribuirle de la misma forma. Se sintió un completo idiota al llegar al ser consciente de ese desastroso hecho.

Desde ese entonces, adoptó la flamante actitud de verse como un apasionado espectador cada que observaba con gran detenimiento el comportamiento de otras parejas en su presencia. En una de sus ''expediciones'', descubrió que ambos suelen ser detallistas el uno al otro, grande fue su cargo de consciencia al saber que él no llevaba ni un centavo.

Después de muchos líos internos, decidió acudir a la única fiel opción que le quedaba, su madre.

Implícitamente, comenzó en hablarle acerca de la falta de recursos en lo que sus necesidades personales se refiere, Yui captó la indirecta. Shiinji subestimó la astucia de su madre, ella sabía muy bien que su hijo no suele quejarse acerca de lo que tiene, un instinto femenino le gritaba que el dinero que estaba pidiendo no era para él, sino para alguien más. Desde luego que no hizo ningún comentario acerca de sus descubiertas intenciones, tan solo se limitó a entregarle más dinero de lo que solicitaba y sonreirle amorosamente. Shinji no evitó abrazar muy fuerte a su madre, realmente la adoraba.

Una vez dentro de la ''ciudad del amor'', la ansiedad se apoderó de Shinji. Muchos vendedores interceptaban su camino con el fin de exprimir su billetera en sus productos, no supo qué escoger, a su parecer todos los objetos que le mostraban se veían muy bonitos.

Al pasar de los minutos, fue persuadido por una llamativa mujer, quien a comparación de los demás, no ponía tanto esmero en venderle a la gente; aún así, la tienda estaba repleta, él mismo se tomo su tiempo en esperar fuera del lugar una vez se estuviese vaciando.

Apenas más cantidad de personas se retiraban con sus compras, se decidió a entrar; ningún objeto pasó desapercibido ante sus ojos, todo se veía muy tentador y a su vez, suficiente para su bolsillo, internamente agradeció la insistencia de su madre al darle más dinero. Lo que más llamo su atención fue un ramo de jazmín blanco que incluía sin costo adicional un hermoso jarrón, sin pensarlo cogió eso y un resplandeciente anillo que resplandecía en la joyería de al lado de la sección de flores. Se preguntaba si lo último haya sido demasiado.. se sonrojó ante la mínima idea de imaginarse pidiendo matrimonio. ¡Esa definitivamente no era su intención al regalárselo, sólo se trataba de un simple accesorio que complementaría la belleza de Kaworu! Fue mala idea pensar eso, se aseguró de no darle más vueltas a la compra del anillo, pues le era imposible imaginarse una futura propuesta matrimonial sin que acabe completamente sonrojado.

(...)

Al siguiente día de escuela, el mismo segundo que puso un pie dentro, ya había dado inicio a su búsqueda con el corazón saltándole del pecho. Debe admitir que le era muy complicado pasar en medio de los estudiantes, sin que el adorable diseño de la bolsa que llevaba en mano, sea percibida por los demás. Pareciese que todos sabían del origen de la bolsa, y es que era cierto, la cotizada tienda que visitó era tema de conversación entre los estudiantes más jóvenes.

Después de todos los murmullos que dejo atrás en su camino, finalmente había llegado a su destino; el salón de clases. Buscó casi con desesperación el rostro de su amado. Sin embargo, todos sus ánimos aterrizaron al suelo cuando no lo reconoció por ningún lado.

Tres son multitud | KawoShin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora