Capítulo 30: Mi tormento

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La cabeza me va a estallar. Miles de imágenes de mi aferrándome a unos labios que no eran los de Star comienzan a inundar mi mente sin orden alguno. Siento nauseas de mi. Entre más sentido tienen las imágenes en mi mente me dan más nauseas. Tapo mi boca con la mamo y corro despavorido por el pasillo hasta el baño, donde el alcohol lucha por salir de mi cuerpo, me inco frente a la taza y me vacío frente a esta. Pasan unos minutos y cuando el alcohol que abandona mi cuerpo deja de nublarme la memoria al fin lo recuerdo. La escena en la que cargo el cuerpo de Zamantha para colocarlo encima de mi escritorio mientras con una mano hábil le arrancaba la ropa con tanta prisa atormenta despiadadamente mi cabeza. Me incorporo frente al espejo y veo mi rostro lleno de unos cuantos moretones. También recuerdo aquella pelea en el bar, lo estúpido que puedo llegar a ser cuando bebo demasiado. Hace mucho que no bebía de esa manera, era como si quiera fumigarme a mi mismo con alcohol y si, eso es lo que parecía, una cucaracha fulminada, atontada y estúpida sin ningún sentido común ni uso de la lógica.

Abro la llave y me arrojo agua sobre la cara con desesperación, esperando que aquella agua me limpie, que se lleve mis problemas, los problemas que la embriagues me llevo a crear. Mi mirada se fija nuevamente en mi reflejo y no puedo evitar sentir pena y asco por mi. No se si me estaré volviendo loco pero en el espejo empiezo a contemplarme a mi mismo besando a mi secretaria con recelo y una pizca de ira, mientras mis manos se clavaban en sus caderas con fuerza. Ni siendo brusco con ella me aparto, ¿Porque no lo hizo? ¿Tan poco cariño propio se tiene como para dejarse maltratar así por un cabron como yo?. Lo único que agradezco es que en toda la noche por fin apareció el Marco sensato aunque sea por un momento y evito que hiciera una tontería como terminar lo que empecé, aunque haber empezado aquello y haber tenido yo la iniciativa de cogerme a mi secretaria cuando mi sentido común era cegado por las exsorvitantes cantidades de alcohol que consumí no es para menos.

De pronto en el espejo aparece Star, el hermoso rostro de mi Star corrompido por una tristeza innecesaria. El corazón se me cae al suelo cuando veo sus bellísimos ojos azules totalmente vacíos, sin vida e inyectados en sangre y sus hermosos pómulos frecuentemente encendidos con un rosado tenue por la alegria que ella caracteriza, ahora pigmentados totalmente de un gris insipido y cubierto por lágrimas, lágrimas que yo mismo le provoque. Coloco mi mano en el espejo y acaricio su ireal imagen causada por mi mente. Es mi mente una despiadada la cual disfruta de hacerme sufrir de esta manera, aunque por una parte se lo agradezco por que me merezco esto y más. Mi piel pierde su color y mis piernas comienzan a flaquear cuando la imaginaria imagen de Star comienza a gritar, a llorar más fuerte. Los alaridos de dolor que salen por sus labios me taladran los oidos tanto que lo hace insoportable. No puedo soportar esto.

Mi puño se levanta inconscientemente e impacta contra el espejo, buscando desesperadamente que la imagen falsa se calle de una vez, buscando que deje de atormentarme, no soy tan fuerte como para soportar esto. El vidrio se rompe al instante y varios pedazos de este seclavan en mi piel, pero al fin la imagen desaparece brindándome así una tranquilidad momentánea que de inmediato es remplazada por un torbellino de sentimientos entre ellos miedo a que ella decida dejarme por haber presenciado lo que paso, enojo por mi falta de autocontrol, asco de mi mismo e impotencia por pensar que destruí lo que más amaba, mi familia.

Mi parte salvaje, la parte que no tiene control alguno esa parte que tanto odio y he luchado por erradicar. Se burla de mi ahora mismo y goza de la sangre que brota por mi puño que ha impactado contra el espejo. No me duele, quisiera mil veces sentir dolor físico a sentir este dolor interior que me envuelve. Pero no siento nada soy insensible por fuera mientras por dentro me muero.

Camino por el pasillo sin fuerzas y arrastrando los pies. Abro de un portazo mi oficina y comienzo a buscar desesperadamente una botella de alcohol, algo que me ayude a ahogar este dolor. Arrojo cajones y papeles que se me atraviesan, desordenando más aun mi oficina. Abro un cajón y una pizca de alegría casi invisible palpita en mi pecho cuando me encuentro con otra botella de wisky que afortunadamente a quedado intacta. La destapo rápidamente y la coloco entre mis labios tomo un trago y siento un agradable ardor recorrer por mi garganta, pero de nuevo visualizó el rostro sin vida de Star pero ahora hay algo diferente... Ahora esta Luna fuertemente abrazada de ella. Ambas están llorando mientras me miran, sus miradas son tan penetrantes, tan escasas de vida y tan cargadas de odio, que intento parpadear varias veces para que esa imagen deje de castigarme, algo que no consigo.

"¿Que chingados estas haciendo Marco Diaz?, ¿Piensas llenar de alcohol tu cuerpo de nuevo para evitar hacer lo que debes hacer?"
Me recrimina la parte sensata de mi.

Es verdad, no puedo emborracharme de nuevo para huir de este infierno del que yo mismo decidí lanzarme. Necesito hablar con ella, pero no querrá verme. Siento que mi corazón es aplastado con fuerza al imaginarme a ella pidiéndome que me alege para siempre de ella y de Luna. Necesito hablarle pero no permitirá que me le acerque. Tengo que llamarla cuanto antes.

Salgo a la calle y un aire gélido me hace estremecer. No hay casi muestra de vida en la calle. Las pocas personas que hay me miran fijamente como si fuera un bicho raro, aunque no las culpo con la fachada que tengo ahorita y mi forma tan forzada de caminar parezco un vagabundo ebrio. Es como si quisieran acercarse a mi para darme limosnas pero cuando fijan su mirada en mi mano ensangrentada deciden tomar el camino más lejano de mi.

Tras unos minutos de soportar miradas desconocidas de repudio y lastima me paro frente a un teléfono publico, tomó el teléfono y lo coloco en mi oreja, le inserto rápidamente las monedas que me pide y comienzo a marcar el numero de Star. Mi mano comienza a temblar torpemente más cada que presiono un numero y mi corazón comienza a latir con más dificultad después de cada tono.

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Ujuju suspenso >:D.
Hasta aquí el capitulo de hoy si les gusto dejenmelo saber con una estrellita y dejenme sus comentarios.

Ya muy pronto sabremos que habrá pasado con Star sean pacientes.

Gracias x su constante apoyo a esta historia 😊.
Nos leemos la próxima 😘

CONTINUARA...

Starco - Las huellas del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora