Epilogo.
Katsuki Bakugou jamás pensó que llegaría a este punto de su vida.
Donde estaría relajado en un día libre, preparando el desayuno para dos en un modesto departamento, a pesar de que se consideraba alguien ostentoso por su "llamativa" forma de ser.
Estaba en el mismo punto desde hace más de 8 años.
8 años de relación con Midoriya Izuku.
Años donde pelearon y discutieron, más por su causa reconocía ya que el pecoso tenía una extraordinaria paciencia.
Maldito.
Aun recordaba su primera discusión con el pecoso cuando estaba demasiado cerca de compañeros como el "mitad-mitad" "la cara redonda" y "el imbécil cuatro ojos" aun no les podía agradar, pero que satisfacción de ver la cara del heterocromatico cuando en las visitas o reuniones Izuku tenía una marca de su noche de pasión, porque si mierda, lo hacía a propósito y con todo deleite el marcar al peliverde cada noche anterior a una de esas putas reuniones.
Cuando discutieron porque Katsuki se reusaba a conocer a su suegra o cuando Deku insistía demasiado en conocer a su familia.
Conocer la peor faceta de All Might con la sobreprotección de su pupilo.
Al menos sabía que tomo las decisiones correctas si recordaba las peleas en su relación con una sonrisa que ni el mismo All For One le podría quitar.
Porque Deku le conto sobre su particularidad, como una muestra de confianza, cuando Katsuki mas dudo sobre su relación, porque no era un santo, de hecho se calificaba a si mismo con alguien carente de virtudes y más aún cuando rememoraba demasiadas veces que causo que los ojos vida de su pareja se llenaran de lágrimas.
Es increíble como alguien tan amargado como él, tan difícil de tratar como él, porque sabía que lo era; podía cambiar tan durablemente por una persona, sabía que mantenía su esencia, pero es manteniendo su esencia siendo mejor de lo que ya era.
Donde podía poner su fuerza en tomar la mano de alguien, donde entendía ahora a sus padres con toda esa mierda cursi, porque el mismo sin darse cuenta se ponía en ese plan de mierda cuando se trataba de Izuku.
Era con Izuku que sus manos que todo lo destruyen podían hacer renacer al heredero de One For All.
Y eso era lo más satisfactorio de todo en esa relación.
- ¿kacchan? – una voz adormilada se escuchó a su espalda, sintiendo como las manos de Deku lo abrazaban por atrás – regresa a la cama.
Katsuki sonrió de lado, sin dejar de preparar un par de huevos q acompañarían el desayuno.
- ¿me estás dando órdenes nerd? – Midoriya dio una risita y Katsuki supo que estaba perdido, que la única persona que es capaz de detener toda su guerra interna y constante era Izuku con solo entrelazar sus dedos.
- Jejeje, soy el héroe número uno ¿eso no es válido?
Lo había olvidado, mierda.
- No tientes a tu suerte pequeña mierda.- Katsuki apago la cocina y se volteo para morder el cuello de un desprevenido Deku, que chillo al sentir los dientes en la curvatura de su hombro.
- ¡ayayayay! ¡k-kacchan!
- Come y calla, maldito. – sentencio antes de que ambos se sentaran a desayunar, evitando mirar el puchero que sabía el pecoso hizo, sino, sería capaz de votar todo la puta comida junto con los trastes y hacerle el amor sobre la madera.
No eran tan mala idea.
Pero no había nada que lo apurara.
- ¡esta delicioso Kacchan!
- Por supuesto que si idiota, lo prepare yo.
Después de todo, la pequeña caja de terciopelo con un maldito anillo, que se vería perfecto en la mano de Izuku, solo sería la prueba de que es el peliverde quien estaría a su lado.
Y entonces sabría que tendría el resto de su vida para hacerle el amor al pecoso.
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n.a: le tengo mucho cariño a la historia, y realmente me imagino los momentos que recuerda katsuki, asi que creo que ire haciéndolos extras o pequeños one shot, si el tiempo me da, quien sabe xDD
Muchas gracias por leer y todo el apoyo que me han dado¡los quiero mucho!
espero nos leamos pronto.
besitos.
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Hora punta
FanfictionSin embargo el joven Katsuki tenía un sucio secreto, algo que seguramente le haría que retirasen su licencia de héroes, en donde no podía permitirlo si quería llegar a convertirse en el número uno. Aun así, era el mismo deseo irrefrenable de ir a l...