Ley esencial: Según haces, recibirás. Es la ley básica explicada anteriormente, y por la que conviene hacer el bien y no el mal.
Ley de generatividad: El ser humano forma parte de la vida, y la vida es creación. La misión del ser humano es crear su vida.
Ley de humildad: Agradecer lo que se tiene permite crecer moral e intelectualmente. Sin embargo, ser arrogante, conduce a la mezquindad.
Ley de la responsabilidad: Somos responsable de las cosas que nos suceden, según las decisiones tomadas en el pasado (o en el presente).
Ley de conexión: Cada acto, por intrascendente que parezca, está conectado con el todo, y tiene efectos.
Ley de desarrollo: Nuestra vida es un fluir constante, y eso implica cambio. Hay que adaptarse a los cambios y crecer con ellos.
Ley de focalización: El conocimiento se adquiere paso a paso. Hay que focalizarse en el estadio en el que se está en un momento, sin anhelar llegar al siguiente.
Ley de la generosidad: Vivir en un estado mental de generosidad y respeto hace que nuestra vida sea mejor.
Ley del presente: Pensar en el pasado es una forma de destruir el presente y el futuro. Hay que dejar ir el pasado para centrarse en lo que nos está sucediendo.
Ley del cambio: Cambiar las decisiones que se toman es de vital importancia para que no se repitan los errores cometidos.
Ley de la paciencia: Hacer de la paciencia un valor fundamental de la vida es fundamental, puesto que los frutos que se recogen tras mucho trabajo saben mejor.
Ley de la inspiración: Cuanto más esfuerzo, energía y valor dediquemos a nuestro día a día, mejores resultados obtendremos, y mayor mérito tendrán nuestros triunfos.
"si haces el bien, te vuelve y el bien, y si haces el mal, te vuelve el mal".