Capítulo 4

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Maldita sea.

Me había quedado sin palabras, eso nunca pasaba. Y no tenía idea que contestar.

- Podría llevarte si gustas.- dice entre risas, pero parecía que también lo decía de verdad.

- No, gracias.- Termine de salir de ese coche y subí rápido al otro antes de que pudiera decir algo más.- por el rabillo del ojo pude notar que el solo observo la escena con detenimiento. No sé con qué cara volvería a verlo.

Estaba en mi primera clase del día, con el Profesor Altman, la mayoría de los alumnos en esta aula estaban desvelados o somnolientos. Ni todo el maquillaje del mundo haría que eso se dejara de notar. Aunque Adam lucia radiante, como si hubiera invernado medio año. ¿Por que le seguía prestando mas atención a este chico que a la clase?

- ¿Acaso no puedes dejar de verme ahora pelirroja?.- su voz me tomo por sorpresa, no pensé que se notara que lo veía.

- ¿Acaso te crees tan importante?.- le susurré lo suficientemente fuerte para que escuchara, pero lo suficiente bajo para que solo lo entendiera él y algún otro chico cerca.

Se quedó callado mirándome con ¿picardía?, ¿risa?, ¿sarcasmo?; no logre descifrarlo y eso me sorprendió a mi misma. Solía ser una observadora discreta y muy atenta.

Después de dos horas más nuestro módulo de hoy había terminado. Camine por los pasillos y subí alguno que otro ascensor para llegar a mi casillero antes de ir a la cafetería, y en uno que bajaba al segundo piso Sarah entró.

- Kate, ¿en que momento desapareciste ayer?, lo último que recuerdo es haber jugado beer pong y de repente puff. Desapareciste.

- Lo siento por no avisar, pero no quería distraerte. Simplemente ese ambiente no era el mío y tome un Uber.- deseaba contarle lo que me había ocurrido, pero por su cara se veía que ella tenía en cosas más importantes en las que pensar, se notaba distraída. Así que preferí no molestar.

- Oh, para la próxima vez al menos envíame un mensaje de texto.- Asentí y al mismo tiempo las puertas del elevador abrieron.

Yo no tenía un teléfono celular, y ella lo había olvidado. Definitivamente si estaba distraída, moría de ganas por poder hablar con ella al menos cinco minutos como antes, pero en estos dos días no habíamos tenido tiempo de tener una conversación decente.

De nuevo estaba sentada sola comiendo un sándwich de pechuga, se veía algo triste mi desayuno pero era mucho mejor comparado a la comida enlatada que comí casi toda mi vida. Observaba por la ventana y veía las otras mesas alrededor, la mayoría parecía que tenían temas de conversación muy interesantes, hasta algunos rostros conocidos que solía conocer de la Academia tenían amigos nuevos.

Ser el nuevo y estar en tu primera semana apestaba, a mi parecer. Y apestaba aún más que la persona con la que solías hablar y desayunar ya no te busque más.

No pude evitar voltear de nuevo a la mesa de Adam, pero esta vez algo era diferente. En la misma mesa donde estaban el y otras cuatro personas como ayer, ahora estaban unas cinco más, entre ellos a la que le tiré agua. Alguien parecía contar algo que les provocaba risa a todos y en ese mismo minuto note como todos voltearon a verme.

- ¿Se te perdió tu Uber bonita?.- gritó la rubia de ayer. Todos en aquella mesa rieron.

Dylan les había contado a todos, increíble.

Anhelaba y extrañaba exclusivamente el trato que tenía en la academia, ahí todos me respetaban. Yo era su superior carajo.

Nadie se metía con Katherine, nadie me hablaba, simplemente al verme se callaban y yo me había ganado eso. Me había ganado su respeto siendo la mejor de mi generación, levantándome en las madrugadas para entrenar y ser cada día más ágil. Me enojaba ya no ser esa chica.

Tome mi mochila y me fui sin antes hacer una pequeña cosita.

Llevarme a Adam con una seña para que me siguiera, afortunadamente el actuó de inmediato.

- ¿Acaso tu amigo es estúpido? Porque te juro que iré a golpearlo.- solté

- Relájate, ¿de quien hablas?

- De Dylan, si no de quien más. El fue el que contó lo de ayer, ¿para que? ¿para hacerse el interesante?, ¿acaso no tiene buenos temas de conversación?.- dije eufórica. El pensó un momento lo que dije y respondió.

- ¿Enserio lo golpearías?

- Claro que no, solo quería estar segura de que el lo dijo.- mentí, claro que lo golpearía. Pero no me permitiría que el me conociera realmente.

- Yo hablaré con ellos, no te molestarán. Lo prometo.- me tocó el hombro al mismo tiempo.

- No me malinterpretes Adam, no necesito a un príncipe que me defienda.- dije sarcástica.

- ¿Un príncipe? ¿Eso piensas de mi?.- dijo entre risas pero me inmuté a no contestar.

- Hasta luego.- solté después de darme la vuelta y terminar de salir de la cafetería.

Estaba agradecida de que ya había terminado mis clases, tome mi audífonos y esperé en la entrada a que cruzaran los coches. Vi a Adam pasar en el suyo detrás de mi y me limité a sonreírle ya que el había hecho lo mismo, siguió su camino junto con la misma rubia que me gritó hoy. Parecían que eran algo más que amigos, en especial ella con el. Me preguntaba cómo Adam podía convivir con chicos así, parecía que el era una buena persona.

- Kate, estaba esperándote.- escucho al entrar al departamento.

- Tu sabes que salgo a esta hora hoy, ¿qué esperabas?.- cierro la puerta detrás de mi.

- Ayer no estabas aquí, ¿Acaso rechazaste mi invitación por alguna otra mejor?.- dice ansioso ante mi respuesta.

- Si.- el alzó ambas cejas.- Resulta que entró Shrek al departamento y me invitó a tomar un baño de lodo en su depa.- su cara de impresión cambió a una que no podía explicar, parecía incrédulo.- Es obvio que si salí ayer era porque fue una mejor invitación a la tuya.- solté y volvió a levantar sus cejas. Hacía mucho eso.

- Eres muy chistosa Katherine.- rio sarcásticamente y se acercó a mi.- Si estuviéramos en la academia ahora mismo ya estarías haciendo cincuenta flexiones, tal vez cien.- de un momento a otro sus brazos me tenían atrapada contra la pared.

- Para mi fortuna no estamos ahí.- Di un movimiento rápido y logre retener su brazo detrás de su espalda. Era un truco básico de defensa personal en la academia.- No hagas eso de nuevo Matthew, hablo en serio.- le susurré al oído y me fui a mi habitación.

- Pediré pizza para cenar.- escuche como gritó desde donde estábamos. Me agradaba que el ambiente no se alterara o se pusiera raro con nosotros, al fin de cuentas lo conocía desde que era pequeña.

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hiii, yo de nuevo;)
Se que tardo en actualizar pero reescribir esta historia para que sea de mejor calidad es tardado, espero que les guste.

Escrito en 14/02/17
Actualizado en Jul/2021

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