Capítulo 1: El deseo oculto de mi mente

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-Nuevamente soñé con... –se calló, ya que no sabía cómo continuar. A pesar de que aquellos sueños lo atormentaban, no podía ver más allá de la densa nebulosa que le quedaba al despertar.

-¿Qué sueñas?

Nuevamente aquella voz. Siempre obligándolo a hacer algo que no podía... recordar.

-No lo sé... –estiro un poco las mangas de su chaqueta, logrando que sus manos quedaran totalmente cubiertas. Aunque no le agradara reconocerlo, hablar sobre esos sueños y lo poco que recordaba de estos, lo ponían nervioso -, no lo distingo... no puedo recordar nada, excepto a... -titubeo. A pesar de no recordar lo que sucedía en sus sueños, había alguien que siempre aparecía en ellos, y aunque no recordaba su rostro, estaba seguro de que se trataba de la misma persona -, un hombre...es un hombre alto, al menos más alto que yo

-¿Sólo eso ves?

-No –dijo-. Él me habla, me mira y sonríe

-Que él haga eso, ¿te agrada?

-Sí, pero... -apretó, inconscientemente, la tela de la chaqueta entre sus puños -, hay algo, no sabría decírtelo... pero hay alguien más a su lado

-¿Eso te agrada? –pregunto, al observar aquella pequeña reacción, al parecer inconsciente, en el chico.

-No, no me agrada – su voz sonó seria, pero él no se percató -. Porque es ruidosa y melosa con él

-¿Entonces es un ella?, ¿una mujer?

-Supongo, porque sus labios parecen pintados

-¿Su atención volvió a ti?

-No, su atención se desvío a ella. Ahora sus ojos ya no me ven –dijo de forma nostálgica, dejando entrever tristeza en su voz -. Su interés se disipó –su voz, no fue más, que un susurro melancólico.

-¿Es pretérito o presente?

-Presente...desde hace una semana

-¿Recuerdas algo más antes de ello?

-Quizás... pero solo son sueños y pesadillas... no me agrada hablar de ello – aparto la mirada a un lado, mientras apretaba más la tela de su chaqueta. Nuevamente sentía aquel dolor. A pesar de que no podía recordar con nitidez lo que soñaba, las escasas imágenes que recordaba al despertar le provocaban un intenso dolor en el pecho, el cual en ocasiones le dificultaba respirar.

El psiquiatra le tendió un pañuelo tras ver una pequeña y contenida lágrima. Yuri, un poco reacio, sin comprenderlo lo tomo. Pero cuando se percató de la humedad en su mejilla, estrujo el pañuelo con fuerza. Nuevamente aquellos sueños lo habían hecho llorar.

-¿Sobre qué tratan tus pesadillas? –pregunto, después de dos minutos, el psiquiatra.

-Un auto rojo... un accidente... sirenas...voces... -se detuvo un momento, concentrándose en un punto inexistente detrás del psiquiatra, como si todo lo que estaba narrando, sucediera en ese momento detrás de éste -. Dolor, mucho dolor, heridas en mi cuerpo y sangre... mucha sangre... – mordió su labio al decir eso. Esa era la parte de sus pesadillas que se sentía más real –, viscosa y caliente. Pero no....

-No, ¿qué?

-No... -miro nuevamente al psiquiatra. No quería seguir.

-No, ¿qué, Yuri? – inquirió nuevamente el psiquiatra. Pero Yuri, empezó a jalar con más fuerza las mangas de su chaqueta. Se estaba alterando –. Respira profundo Yuri. Inhala y exhala... -el aludido, sin más opción empezó a hacer lo que el psiquiatra le indicaba -, muy bien. No pierdas el sonido de mi voz. Recuerda que estoy aquí, para ayudarte y sostenerte, nada malo va a pasarte. Recuerda que tienes a gente que te ama y están aquí a tu lado

Hipnosis: El deseo oculto de tu mente y corazónWhere stories live. Discover now