No se permiten chicos ©

Unos cuantos idiotas más

Desagradable. Esa es la palabra perfecta para definir mi reacción al ver de nuevo a ese chico. Traía puestos unos pantalones negros rotos y su playera blanca hacia juego a la perfección con sus zapatillas. Nada mal pero seguía siendo un idiota.

- Sabes perfectamente que no me llamó idiota, mi nombre es Alex - apretó su mandíbula en signo de enojo.

- Y tu sabes que no me importa, idiota - espeté.

- Woooo, esperen un momento, ¿Ustedes se conocían? - pregunto el chico de las gafas mirando impactante a nosotros dos. Si abría más la boca podía ser una posibilidad que le entren moscas.

- Pues claro que lo conozco - fulminé con la mirada - Este idiota de acá - señale, aunque sé que es de mala educación. - casi me atropella el otro día.

- Pues si tu no te hubieras atravesado pensando en la mortalidad del cangrejo no hubiera pasado, deberías ser más precavida siempre, como a todas las personas que empujaste cuando ibas llegando.

- ¿Me estabas espiando? - expresé.

- Para tu información yo fui una de las personas que empujaste, sabelotodo.

- ¿Ella fue la que me empujó a mi también?, Hey chica empujaste fuerte. - Jake se sobaba el brazo dando la idea que allí fue en donde lo golpee sin querer.

- Si lo hice lo lamento - le dije al chico que desconozco. Él solo asintió.

- ¿Por qué te disculpas con él si conmigo también chocaste y empujaste? - preguntó el idiota.

- Porque el a diferencia de ti sí tiene modales y no anda atropellando gente por la vida. - dije.

- ¿Disculpa? - se hizo el ofendido. 

- Disculpado - y antes de que pudiera hablar me fui del lugar dejándolo con la palabra la boca y ganando la discusión dándole por terminada.

Cassandra 1, Axel 0

Caminé hasta la cafetería evitando el mar de gente que está a mi alrededor y buscando con la mirada a mis amigas entre todas las personas. En una esquina en la mesa que siempre usamos para comer se encontraba Tamara y Jessica. La reina (así le gustaba que la llamaran) se estaba maquillando mientras Jessica estaba escribiendo garabatos en un cuaderno y además que se concentraba viendo un libro a la vez. Me acerqué a paso rápido y mientras me acercaba más a la mesa, Jessy levantó la mirada, se dio cuenta de que estaba ahí y me hizo espacio para que yo me sentara.

- ¿Dónde estabas metida pequeña? - dijo la rubia cerrando el cuaderno para prestarme atención a mí.

- Unos problemas con unos cuantos idiotas - dije sin darle importancia.

Támara, que escuchaba atentamente nuestras conversaciones, haciendo dos cosas a la vez, se levantó y caminó hacia mí al mencionar la palabra con connotación masculino.

- ¿Acaso dijiste idiotas? - Levantó una ceja.

- Si no estás sorda eso es lo que dije y creo que escuchaste.

- ¡Ay! Estás insoportable el día de hoy, y parece que no hiciste caso sobre los infiltrados, ¿recuerdas el trato?.

- Sí, lo recuerdo, pero... - me interrumpió.

- Pero nada, no puedes hablar con ellos, ninguna de nosotras, o no te juntarás más con nuestro grupo.

- Bueno Regina - como si se tratara de Means Girls.

- ¿Qué cosa? - preguntó.

- Nada, y ahora que recuerdo creo que tengo que ir a hacer tarea, adiós - y sin más que discutir preferí irme antes de tener que estar soportando sus reclamos todo el día.

Lo que nadie sabe a excepción de ella fue que tuve un pequeño romance a los 13 años, que pretendía por mi parte que nadie supiera ni se enterarán. Un error. En un descuido por parte de los dos nos lograron tomar una foto, una persona que desconocemos pero que misteriosamente llegó hasta Tamara. Ella sólo me advirtió que era la primera y la última vez. Nunca había tenido ganas de mandar todo a la mierda como aquella vez, pero aquí estamos, caminando de vuelta al aula.

- Hola despistada, creo que compartimos clase - su voz, maldita voz tan sensual. Lo que me faltaba, compartir mi clase favorita con Alex Mccway.

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FELIZ 25 DE DICIEMBRE, FELIZ NAVIDAD A TODOS USTEDES, QUE LA PASEN BIEN CON TODA SU FAMILIA.

¿QUÉ LES REGALÓ EL VIEJO PASCUERO?