Tendría qué reducir sus dos comidas mínimas a una, era un sacrificio pero para él valía la pena, definitivamente invitaría a su hermana a jugar un partido de basquet para disfrazar el ejercicio que haría. El deportista de la familia siempre fue ella, y aunque Louis desde hace rato acepta las invitaciones de su hermana para jugar un partido, no quiere levantar sospecha de su familia, ya que sería raro que del día a la noche sea un deportista.
Aunque no quiere, se para frente al espejo. Tiene las mejillas ahuecadas, de sus manos y pies se distinguen perfectamente los tendones de las venas, sus piernas son flacas y la boca de su estómago empieza a incharse por no recibir alimento. Pero el reflejo que ve Louis es el de una persona con mejillas pronunciadas, brazos rellenos y muslos retenedores de grasa.
Los hermanos Prescott son delgados pero no muy altos (cortesía de su padre), así que su extrema delgadez puede pasar desapercibida hasta un cierto punto.
Louis no se siente identificado con ninguna de esas chicas -y chicos- que se hacen llamar princesas, quiénes veneran a dos personas ficticias con el nombre de enfermedades serias, quiénes solo juegan con sus frágiles corazones de cristal.
No se identifica con las frases; "Una princesa jamás baja la cabeza, su corona podría caerse" y demás. No le encuentra sentido a llamarse a sí mismo lo que no es. Él es solo una persona normal. Del montón. Con la única diferencia de que él quiere ser delgado, más de lo que ya es.
Él solo quiere encajar, encajar con lo se supone que es, tiene un techo, no carece de dinero o comida. Su familia es muy atenta y cariñosa, tiene una hermana a la cual adora, su madre siempre le pregunta cómo le fue en la secundaria, su padre ama escuchar sus extensas y detalladas criticas de un libro, tiene una larga amistad con su mejor amigo, sus notas no bajaban del ocho (porque ahora al no recibir alimento, su rendimiento se redujo). Su vida se podría pintar perfecta, por el único detalle de que él no se siente perfecto.
Sabe muy bien que el camino que está tomando no es el adecuado, ni el sano. Lo sabe a la perfección. Pero no puede, o no se atreve, a pedir ayuda. Porqué tiene miedo. Miedo de decepcionar a sus padres, preocupar a Diana y Hayden, miedo de que la noticia se esparza por toda la escuela y ser la burla de ésta. Miedo porque sabe que su círculo vicioso es muy grande para romperlo él sólo.
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Reflejo | #01
Non-FictionLa anorexia no afecta solo a las mujeres. →Esta historia cuenta con una continuación.← #234 No Ficción #526 No Ficción #187 No Ficción #80 No Ficción #73 No Ficción ⭐#17 Relatos Cortos⭐ ⭐#01 Anemia⭐