Bienvenida al trabajo

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Narra Anna:

Desperté adolorida.

Abrí bien los ojos y ví en donde estaba.  No era mi habitación, era la de Luke.

Me encontraba al borde de la cama, aún con mi ropa de ayer, Nos debimos de haber quedado dormidos

Comenzé a buscar al rubio con la mirada.

Estaba en el suelo, dormido.

me levanté y fui a mi habitación. Tomé un baño y luego de cambiarme bajé a la cocina.

ahí estaba mi padre desayunando,  tomé un plato con pancakes y me senté frente a él en la mesa.

– ¿Estas ya lista?– me preguntó

– ¿Necesito algo en especial?

– No

asentí

terminamos y salimos hacia el coche

–¿Y Liz?  – pregunté– ¿Por qué no viene con nosotros ?

– le deje descansando, hoy es un día padre e hija – terminó su oración con una sonrisita formada en la comisura de sus labios.

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Llegamos al gran edificio, a orillas de la ciudad, al que había ido gran cantidad de veces.

Entramos y seguía igual de lujoso que siempre, sus empleados muy bien vestidos y esa música de fondo que me relajaba.

Tomamos el elevador e indicó el piso 21.

más música relajante

Se abrieron las puertas y caminamos  por un pasillo hasta su oficina

– ¿Así que esto haces en tus tiempos libres?– pregunté

Él sabía a lo que me refería.

apesar de que dirigir a un sector de la gran mafia en Italia te daba con que mantenerte a ti y a otros más, necesitaba algo que le diera una vida normal, por mi. Y así cuando de chica me preguntaban

<¿En que trabaja tu papá? >

yo podía  responder

<Es director de una empresa de bienes raíces

en lugar de:

<mueve productos ilegales por todo el mundo y presta sus servicios a gente con dinero que necesita librarse de un mal amigo...>

Entonces como decía; mi padre trabaja en esta compañía y su verdadera pasión comienza cuando baja por el elevador que se encuentra hacia la izquierda de su escritorio simulando ser una simple pared beige.

– sí... es aburrido ¿verdad?

– ¿Qué sé yo? al menos se ve tranquilo

Me desplomé sobre un sofá de piel color chocolate y observaba la oficina con detenimiento.

sigue igual.

Ví como papá con un control abría las puertas del elevador-pared e ingresaba en el.

Luego me volteaba a ver y me invitaba a seguirlo.

Subimos 6 pisos más y en el 27 bajamos.

Para los trabajadores convencionales, prestadores y empresarios extranjeros sólo se podía llegar al piso 25, pero para la gente de mi padre, los siguientes pisos eran los más importantes.

&lt;Enamorate de mi&gt;  Luke &quot;buenas piernas&quot; hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora