Capítulo III

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El lado positivo de haber despertado tan temprano sin siquiera estar cansado es el hecho de tener tiempo para ciertas actividades que en una hora normal con ayuda del despertador son apresuradas, tanto así que terminan mal hechas, cosa que nos desespera dejándonos de un mal humor durante un corto periodo, gracias al cielo, para mi fortuna estas cosas no sucedieron hoy gracias a mi "dulce sueño" de bienvenida por mi comienzo a clases, no dejaría que esto perturbara mi determinación de tener un buen día asi que inhale profundamente hasta donde mis pulmones me lo permitieran deje escapar un suspiro de mis labios con una gran "o" -y mentiría que no le apestaba la boca, tenía un aliento peor que las cañerías- dar un salto sin siquiera pensarlo y estar más cerca de la puerta del sanitario sin chocar contra esta, tomaría una larga y bien merecida ducha con burbujas en esa tina tan cliché. Abrí la puerta de un solo giro al pomo para entrar en un ágil y elegante movimiento a la habitación cerrando con seguro, quien sabe si mi supuesto compañero "responsable" se dignaba a venir, no deseaba tener que darle un recibimiento demasiado estimulante a un completo extraño a quien apenas llegue a conocer durante una hora el cual desconocía por completo su educación de tocar las puertas. Lo único que realmente me interesaba acerca de un nuevo individuo en mi vida... Eso y que no fuese un violador.

Claro que me habia duchado como habia deseado hacerlo desde ayer, hasta podía jurar que sudaría lavanda todo el mes sin siquiera tener que enjabonarme nuevamente, mientras no transpirara como un cerdo, obvio, todo estaría en armonía. Inhale el embriagante aroma que mi hermana adoraba y que fastidiaba mis fosas nasales hace tan solo unos meses sin dejar de quejarme de su "peste", por fin agradecí el gesto que esa mocosa habia presentado con sus pequeños regalos en nuestra despedida tomando cierta tolerancia al olor de los jabones, aunque fueran con fragancias demasiado afeminadas para mi gusto ahora más que nunca les tenia aprecio. De nuevo exagero pero realmente extraño mi hogar en especial el desayuno en cama que mamá solía prepararme antes de partir a clases.

Hablando de comida cuando ayer no probé bocado alguno por mi falta de apetito el hambre no tardo en invadirme, mi estómago gruño levemente ocasionando un inusual sonido en la silenciosa habitación donde solo mi lúgubre presencia marcaba vida en ella cuando aparentaba estar abandonada ni siquiera ronquidos como se escuchaba en las otras habitaciones al lado de esta... leves pero eran señales de alguien vivo, que triste presencia de vida tenía que soportar esta linda habitación una que no podría ser ni compensada con mi compañero ausente, cosa que no me molestaba en lo absoluto al contrario me sentía muy cómodo con la habitación para mí solo asi podría evitarme situaciones y guardar comentarios cuando se tratara de entablar conversaciones; algo que no soy bueno ni con mis mejores amigos pero me traía sin cuidado, prefería escuchar a hablar. Abroche uno por uno los botones lisos con bordes dorados del chaleco gris oscuro con franjas blancas tan delgadas que pasaban desapercibidas -Por qué no usar negro de una vez ¿no? Aunque el chaleco no era obligatorio me parecía más formal para una buena impresión- precisos en cada lugar correspondiente a pesar de la oscuridad, era la costumbre después de usar ropa tan elegante en las fiestas que mis padres administraban, no me habia dignado en encender la luz pues no me pasaría lo que me restaba de mi tiempo libre matutino en la oscuridad de un cuarto vacío y con el hambre devorando mi irritado estomago; quizás en otra ocasión me parecería perfecto para observar las estrellas que aún no desaparecían por el amanecer próximo hasta en ocasiones la luna se hallaba presente. Finalmente abandone la habitación guardando la llave dorada en mi bolsillo derecho del pantalón y golpeando mi pie derecho contra el suelo por pura costumbre, estaba tan bien arreglado como para un funeral o boda tal cual recomendaba mi madre en todo evento que se presentara marcando experiencias que dejara un buen historial en mi futuro.

"Sé un chico con la expresión más antipática del mundo entero, pero con una actitud campante a todo momento, eso dejara perplejo a más de uno".

Sangre oculta: El sentimiento prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora