"Oh por Deuz..."

||•Amor bajo el agua•||

Narra Amelia:

¡Riiiing, riiiiing! ¡Puto despertador de los cojones! Aleh, uno más roto, ya llevo 8 despertadores que acaban aplastados contra la pared.

Cepillado por aquí, cepillado por allá, baño por aquí, baño por allá, enjuague por aquí, enjuague por allá... Qué flojera de todo.

Tras un buen rato caminando aquí estoy, en el instituto. Anda, mira por donde, el niño pijo del otro día, el... Ehm... ¿Achus?

Hey, princesita-Dice, acercándose a mí, a lo que yo retrocedo lentamente-

¿Qué coño quieres?-Pregunto borde, con mirada asesina-

-Se retira un poco, al parecer, intimidado-¿Sabes quién soy, no?

Claro, niñito rico y popular...-Digo, mirando a un lado con desgana-

¿Sabes? Llamas mi interés...-Se vuelve a acercar a mi-

-Cierro mis puños con fuerza, conteniendo mis ganas de pegarle-Me da igual, déjame.

Y... ¿Qué pasa si no lo hago?-Pregunta coquetamente-

Te meteré un put...-Soy interrumpida, Deuz se metió entre nosotros dos, quedando yo detrás suya-

Estaba entablando una conversación con esa hermosa señorita, ¿lo sabías no?, Maleducado...-Refunfuña Arthur, el pijo-

-Salgo tras la espalda de Deuz y le meto un puñetazo a Arthur, haciendo que éste caiga al suelo-¡No me llames señorita!

Ehm...-Deuz pone su mano sobre su cara, tapándola a medias-

No lo pude evitar-Digo encogiéndome de hombros-

El niño ese Archur o como se llame, se levantó con dificultad. Al parecer está sangrando por la boca, menudo gilipollas, se lo tenía bien merecido, ahora que me expulsen o hagan lo que quieran, pero me sentí a gusto.

Y bueno, en las clases todo transcurrió normal, no me llamaron para hablar sobre lo del golpe ni anda y si que... Ñeee... Ya era última hora, lengua.

Ey, wey, ¿cuánto queda?-Le pregunto a Lysandro, el cuál suspira como si fuera un caballo-

¡Pero si ya te lo dije hace 5 minutos!-Me grita, yo sólo me puse a reír-

Oye, ahora en serio, ¿por qué tienes 15 años y estás en este curso?-Pregunto, mientras tomo asiento-

Me ascendieron un curso... Y tal-Dice sin importancia-

Aaaah-Digo, cómo si no me hubiera enterado de nada-

Y por fin, nos piramos para casa. A mí, de nuevo, me apetecía irme al bosque y si que en camino estoy.
Cuándo de repente noto que soy tomada de la cintura con fuerza...

¿¡Qué cojones!?-Chillo, ligeramente asustada-

¡Ey! Deja de patalear, mujer-Dice Deuz, era él, me levantó sin dificultad y me subió sobre sus hombros-

¿Qué narices haces?—Pregunto, para luego amenazar—¿¡Te muerdo!?

¿No quieres que te lleve al bosque sin que tengas que moverte?—Me dijo, yo enseguida me callé, satisfecha—

Y llegamos al bosque, tardó bien poco a pesar de tenerme encima suya, la verdad.

¿A dónde vamos?—Pregunto, pues pasamos de largo de la rama en la que me solía tumbar—