Décimo contacto con él.
Marzo me cosquillea entre las pestañas y me miro al espejo, colocándome el pelo y asegurándome de estar presentable.
Hoy le volveré a ver como cada lunes, y yo me entiendo cuando pienso que quiero gustarle.
Busco el ramo de flores, que descansa en la cocina y aspiro su olor, fuerte y característico, mientras cierro mi casa, caminando a paso ligero.
¿Y qué pasa si él no está allí?
Camino a paso rápido hasta la puerta del cementerio, pasándome las manos por el pelo antes de entrar.
Noto como su pequeño cuerpo se gira hasta que puede verme perfectamente.
Y me sonríe.
Trato de no sonreír, pero es inútil.
Me tiende la mano como todos los lunes para sostener mi abrigo mientras coloco mis flores en el jarrón.
Le miro sorprendido.
-Una azucena azul- murmuro pensando en nuestra coincidencia.
-Hay personas que están hechas para coincidir, supongo.
Se pone muy rojo mientras lo dice y yo esquivo su mirada.
-Supongo que sí.
Le doy la razón, tratando de ignorar el ritmo frenético que acaba de adquirir mi corazón al pensar en que él pueda corresponderme.
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flower boy // seokhoon
Short StoryNo imagine nunca, que la flor más bonita de todas no estuviese en un jarrón.