21 de Marzo, comienzo de la primavera.
Cojo el girasol que descansa en la mesa de la cocina, como burlándose de mi.
-Vamos Seokmin- susurro a mi imagen en el espejo- solo es decirle al chico que te vuelve loco, que tiene ese poder en ti.
Me arreglo el abrigo por última vez y salgo de casa, antes de lo normal, para así poder encontrarme con él fuera del recinto del cementerio.
Me paso la lengua por los labios y suspiro, llegando a la puerta y sentándome a esperar.
Mis ojos se pierden en el cielo y una gota cae en la templada piel de mi cuello.
Sonrío ligeramente, espero que llegue pronto.
Un ser hermoso de pequeña estatura, camina hacia mi sorprendido.
Antes de dejar que diga nada, dejo el girasol en sus suaves manos.
Él sonríe, y espera a que yo me quite el abrigo.
Cosa que no hago.
Me mira intrigado.
-Es para ti- explico dulcemente.
Envuelvo su cara en mis dos manos y le miro a los ojos.
Sus dos esferas marones me miran con un brillo especial, analizando la situación como si la estuviese soñando, como si no fuese real.
-Es primavera, chico de las flores-murmuro, cada vez más cerca de sus labios- y no puedo aguantar las ganas de verte florecer.
Me atrevo a juntar mis labios con los suyos, suaves, finos y esponjosos, que me reciben encantadoramente, en el primer beso de muchos.
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flower boy // seokhoon
Short StoryNo imagine nunca, que la flor más bonita de todas no estuviese en un jarrón.