LO QUE OCULTA UN ADOLESCENTE. (UN CAPITULO POR SEMANA)

Capitulo cuatro: La realidad.

"La vida es muy confusa, claramente me gustaría que no lo fuera así."

Me siento sobre mí cama, ¿Qué es esta sensación? ¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué es lo que quiero? Preguntas que claramente casi nadie puede responderse, pero bueno, allí estaba yo, sentado y demasiado solo, con tan solo una sola persona con la cual podía contar, así que me levanté de mi cama. El día estaba nublado, había una pequeña lluvia, me encantaban los días así, de hecho ayudaba con mi estado de ánimo, estaba deprimido, pero tenía que cambiar eso, seguramente había algo que podía hacer para cambiar por fín mi vida, y esa razón era amarme.
Sí, hay gente que no valora a las personas que están allí, que siempre cuidan de ti de alguna forma, y mi problema era ese...yo había perdido las ganas de seguir siendo ese tipo de persona que siempre está por más que le hagan daño, pero mi vida siempre ha sido así, nunca estuve decidido con lo quería, pero por primera vez en mi vida estaba decidido que lo que quería era a ella, pero todo estaba por terminado...

-Aghz...- Dije con un leve suspiro mientras llevaba mis manos a mi cabeza y mis codos a mis rodillas, observo el suelo de forma detenida mientras pensaba en todo lo que habia sucedido, tal vez debía entregarme al abandono de mi persona o seguir luchando para seguir siendo quien soy.

-Creo que sé lo que puedo hacer...- susurré, como si estuviera hablando con alguien, al pensar en todo esto, me di cuenta que solo debía ignorar lo que sentía y seguir hacía adelante, me levanté de mi cama, caminé hacía mi computadora y me puse a ver vídeos graciosos.

Al pasar las horas fui a mi habitación a dormir, agarré mis auriculares y mi celular, puse una lista de reproducción de las canciones más tristes que tenía, cerré mis ojos y me dejé llevar por ellas hasta quedarme profundamente dormido con lágrimas en mis ojos.

La alarma de mi celular comenzó a sonar a través de mis auriculares y el parlante, sin pensar fui a mi armario, agarré una campera negra, una remera de mi banda favorita, unos jeans negros ajustados y unas zapatillas negras.

Tenía un plan para esa mañana, afortunadamente aún el clima estaba como tanto me gustaba; frío y nublado.
Salí de mi casa y comencé a caminar sin ningún rumbo, toda esta realidad no tenía sentido para mí, veía a gente que se sacrificaba y daba todo su esfuerzo en sus trabajos, gente que vive en la calle, niños llorando porque su madre no quiere comprarle un juguete, creí que todo el esfuerzo de cada persona era inservible, podía sentir que luego nada importaría porque estarían muertos, pero vi otra realidad... vi parejas caminando con un niño en medio; wow, entonces vi la felicidad de ese niño, él sólo era feliz con tan solo salir a pasear con sus padres, y yo pues, estaba quejandome porque una chica no sentía lo mismo que yo, a partir de ver esa realidad me puse la meta de tan solo vivir el momento.

-¡Al carajo! - dije con mucho enfado, eso significaba que ya había tenido suficiente con mi hermoso y "pacífico" paseo. Tomé la decisión de volver a mi casa, en el camino un auto me mojó por culpa de un charco de agua, tal vez solo lo hizo para reírse de mí, pero lo que él no sabía era que yo estaba pasando por un momento difícil.

Abrí la puerta de mi casa ya eran las once de la mañana, mi padre aún no volvía de trabajar así que decidí entrar a Facebook hasta que el regrese a casa, al entrar vi que tenía un mensaje, era un chico que fue mi mejor amigo durante dos años, él dijo que quería arreglar las cosas conmigo.

-Hola :).- su mensaje realmente me había tomado por sorpresa de hecho era algo casi impensable para mí, pensé que tenía mejores personas con quién hablar.

-Hola, Tanto tiempo, Tony.- Todos le llamaban así, su madre le había puesto ese apodo desde que nació.

-¿Qué quieres?- le digo algo curioso.