Parte IV

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Tres días después de encontrar aquella fotografía, James pensó que todo podría volver a la normalidad.

Se equivocó.

Al momento de adoptar a Mika, este había llegado como un milagro, un regalo del cielo, al cual, ni Nick ni James le miraron la letra pequeña. Así como tener un hijo biológico ata lazos con el gobierno, también lo hace un hijo adoptivo.

Mika provenía de una de las pocas instituciones que permitían a padres homoparentales en sus filas. Impartían cursos de familia sin distinción de género y más aún, preparaban a los niños para amar a sus padres como sea que viniesen.

El hijo necesita un padre. El padre necesita un hijo. Así de sencillo.

Pero como todo, no era solo tomar a Mika y ya está. James y Nicholas estaban sujetos a un acuerdo de monitoreo de sus primeros años. Ellos visitaban regularmente a la encargada de su caso en sus dependencias en el centro de la ciudad. Mariela Rizo. Una mujer amable y simpática, que los conocía desde un principio de todo aquel lío.

Cuando entraron en su oficina, se llevaron la sorpresa de que no era ella quien les recibió tras el escritorio.

—Tomen asiento, señor Gallo, señor Saldarriaga. —La mujer les incitó nada mas verlos. Ambos hicieron lo sugerido, tomando las sillas frente a ella, sus manos unidas entre medio de ambos. Habían desarrollado una comunicación no verbal basada en el apretón de sus dedos y algo les decía que ahora la iban a necesitar.

—Mi nombre es Vivian Foxx y voy a ser su nueva encargada del caso. —La boca de Nick se abrió para preguntar por su antigua psicóloga, pero la mujer se le adelantó alzando una mano. —Sé que deben de estar llenos de dudas, pero todo lo que necesitan saber es que el departamento de niños y familia se encuentra en un cambio de mando. Han reasignado casi cada torre de edificios. Me tomé la libertad de revisar su expediente. La señorita Rizo dejó todo claro, notas de cada sesión con la pareja y otras con el hijo presente. Tengo entendido que esta es sin Michael presente.

James asintió, aclarando su garganta para tomar la palabra.

—Disculpe el atrevimiento, pero ¿no es un poco desprolijo que nos cambien de psicóloga cuando es ella quién ha creado un lazo con nuestra familia?

Vivian le ofreció una sonrisa que se vio tensa como mínimo.

—Señor Gallo, los lazos no son los importantes aquí, lo son los hechos. Como le decía, revisé cada nota e informe sobre ustedes y su hijo Michael, estoy al tanto de todo.

Procedieron a las preguntas rutinarias que nada tenían de relevante, preguntas sobre su solidez de pareja y el lazo de cada uno con Mika.

Cuando Mika llegó a sus vidas, era un pequeño pelón que berreaba en busca de calor. Nicholas le tomó en brazos, James besó su frente y en un acto de amor tan primordial, él niño los aceptó. No hubo más llantos. Ni cuando aprendió a caminar y se raspó sus rodillas. Ni cuando llegó la hora de dejar el chupete ir.

Mika era metódico como James, preocupado por el resto de la gente a su alrededor; sus compañeros de escuela, sus maestros. Era espontáneo como Nick, con una sonrisa contagiosa y unos ojazos que se compraban a la gente. Ingenioso como ambos, liderando los juegos con sus primos Rosie y Mauricio, que aunque mayores que él, caían por su rostro angelical.

A Mika le gustaba estar en la cocina mientras que James cocinaba. Le gustaba probar el contenido de las ollas y escuchar las instrucciones de su padre sobre cómo preparar los alimentos. Del mismo modo, si Nicholas veía una película, Mika correría para acomodarse a su costado y así verla juntos.

Mika era un niño ejemplar.

Vivian Foxx tuvo que ver eso.

—Tengo entendido que usted tiene un hermano —dijo tras varias anotaciones Su mirada se dirigió a James. —¿Ha conocido él a Michael ya?

—No —La respuesta de James fue tajante. —Mi hermano se encuentra tras las rejas. Cometió delitos que le metieron allí y yo no lo visito. No veo porqué Mika deba hacerlo.

—Quizás sea beneficioso para el niño conocer a todo el familiar que tenga.

—¿Qué? —James no creía en lo que sus oídos escuchaban. —¿Quiere que lleve a mi hijo a una cárcel? —Sintió el apretón de la mano de Nick, pero no pudo frenarse. —¿No se supone que ustedes velan por el mejor desarrollo de los chicos?

La mirada de la nueva encargada se ensombreció.

—En efecto lo hacemos, por eso es por lo que monitoreamos todos los cordones familiares al momento de una adopción. Éramos conscientes de los antecedentes de su familia cuando se les entregó a Michael. El niño tiene derecho a una familia.

—Nicholas y yo somos su familia. —dijo James con vehemencia. —Somos sus padres, tienen abuelos y tíos que lo aman. Primos de su misma edad. No necesita más que eso.

—Usted no es quien lo decide.

La respiración de James se hizo dificultosa, él veía a la mujer como si fuese la peor clase de ogro que había aparecido en su cuento.

—Puede ser directa con nosotros. —Nicholas se inclinó hacia adelante manteniendo un ojo en su esposo. —Queremos lo mejor para Mika, vemos que cada una de sus necesidades e intereses estén cubiertos, ¿de qué se trata esto?

La mujer miró otro momento James, antes de volverse hacia Nick.

—Señor Saldarriaga, la ley contempla que los niños tienen el derecho a una familia, a una grande en lo posible. El deber de los padres es protegerlo de esta. —Ella removió papeles sobre el escritorio. Ella no era una mala mujer, solo una dura, y eso la hacía sonar mal en muchas ocasiones. —Lo que estoy diciendo es que Michael debería conocer a su tío que está en prisión y desde ahí tomar acciones, tras el encuentro. Evaluar cómo influye en el niño.

James se puso de pie apenas controlándose.

—Eso es una locura. —dijo con las manos en su cabello. —Peter no sabe nada de nosotros desde hace años.

Vivian encontró lo que buscaba. Era una carta en papel ahuesado con el logo de la prisión estatal en ella. Se la extendió a Nicholas que estaba más cerca, pero él no la tomó. Solo viéndola como si no creyese a sus ojos.

—Le sorprenderá saber que su hermano está al tanto de su situación, señor Gallo. —Ella dijo mirando de uno a otro. —Él fue quien manifestó interés por su hijo.



LA BOMBA YA HA SIDO LANZADA.

HERMANOS.

SON UN LÍO. 

YO TENGO UN MONTÓN DE ELLOS Y EXPLOTAN TU CABEZA. 

JAMES NO SÉ SACÓ LA LOTERÍA CON SU HERMANO, ESO ESTÁ CLARO.

¿CÓMO SON LOS DE USTEDES?

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