Lección 6 - Reemplazo

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Hemos llegado al capítulo final del manual. Si los resultados que ha obtenido con su perro han sido satisfactorios le felicito y esperamos logre tener una relación agradable con su nueva mascota. Pero, a veces, pese a las muestras de afecto y cariño, un perro no llega a sentirse cómodo en su nuevo hogar, llegando a causarle muchos problemas a sus dueños. En caso de ser así, lo más recomendable es reemplazarlo. Puede parecer cruel, pero no se le puede obligar a un animal a vivir en un lugar donde no se siente a gusto. En caso de que sus hijos se hayan encariñado con su perro, no trate de reemplazarlo por uno igual sin que los niños se den cuenta, ya que tarde o temprano lo sabrán. Lo mejor es no mentirles, eso solo los lastimara, y explicarles que el perro no se siente a gusto ahí y que lo mejor es darle un nuevo hogar, obteniendo la oportunidad de adquirir a un nuevo perro.

Con lentitud y pesadez abrió los ojos al sentir un delicioso aroma invadir su nariz. Frente a él alguien sostenía un humeante buñuelo azucarado

-levántate dormilón ¿tienes hambre? – Pregunto la voz de una mujer – come esto, Jim

-Gracias mamá – le respondió el ahora adolescente chico, Jim

Jim tomo el buñuelo, lo miro un momento y empezó a comerlo arrancándole pedazos con la mano como siempre solía hacerlo

-¿sabes qué día es hoy, cariño?

-como olvidarlo mamá – le respondió con el bocado en la boca – hoy se cumplen diez años, desde que él murió

El día de hoy era una fecha importante para los dos. Ambos, madre e hijo, se vistieron con ropa formal y partieron camino a un lugar no muy lejos de su casa. El cementerio. Ambos entraron y se dirigieron a una de las tumbas que se encontraba ahí. Jim coloco la bolsa de buñuelos que llevaba consigo frente a la tumba y se sentó en el suelo al igual que su madre

-hola – comenzó a hablarle el chico a la tumba frente a él – como te lo prometí, vine a verte. Han pasado muchas cosas desde la última vez que vine, he hecho muchos amigos, y, no le digas a mamá, pero, ya tengo novia

-te estoy oyendo James – le dijo su madre frunciendo el seño – estoy sentada junto a ti

-lo sé – le dijo Jim con la mano en su nuca – pensaba decírtelo pero quería que los dos estuvieran juntos para decírselos. Es una buena chica mamá, te caerá bien

Diana no dijo nada, solo sonrió para después sacudir el cabello de su hijo

-bueno – continuo Jim hablándole a la tumba después de una pequeña pausa – no voy a negarlo. Te extraño, y, me haces falta. Pero, seguiré adelante. Seré un hombre del que te enorgullezcas. Y, nunca pude agradecerte por haberme salvado ese día, hace diez años. Si no fuera por ti, seguramente yo estaría muerto, y mamá estaría sola – algunas lagrimas se escaparon de los ojos de Jim cayendo sobre los buñuelos – Gracias por haberme salvado... papá

­-oye, estas mojando la comida – le dijo otra voz detrás de él. Jim volteo la mirada y al ver quien estaba parado a sus espaldas esbozó una pequeña sonrisa

-Hambriento – le dijo limpiando sus lágrimas – perro tonto

Hambriento se encontraba parado detrás de Jim, vestido de forma elegante, pero con el collar puesto en su cuello

-mira lo que nos trajo el viento – le dijo Diana al verlo - ¿te escapaste de tu dueña? Le dije a Sonia que amarrara bien tu correa

-no seas cruel Diana – le dijo una atractiva chica embarazada mientras se acercaba – se moría de ganas porque lo sacara a pasear. Y como sabíamos que vendrían hoy, le cumplí su capricho

El niño pequeño y el perro hambrientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora