Después de adquirir un perro, lo recomendable es entrenarlos. Se les pueden enseñar todo tipo de trucos los cuales, con un poco de dedicación, pueden entender. Algunos perros pueden llegar a ser un poco inquietos y en algunos casos, también destructivos. De ser el caso se les debe entrenar para que aprendan a comportarse de una manera adecuada y cuando llegan a hacer algo inapropiado se les debe reprender
Era el día de noche buena. La casa de Jim estaba decorada con luces y hermosas decoraciones que llamaban la atención del pequeño y el parque frente a su casa estaba totalmente cubierto de nieve. Su madre le había prometido que estaría con él, pero su jefe la había llamado y tuvo que volver a la oficina
-prometiste que te quedarías – le reprocho el niño
-será solo un momento cariño – le respondió su madre – volveré pronto para que vallamos a ver el árbol de la plaza central. Por ahora quédate aquí y juega con Hambriento
El niño entristecido acepto esperar. A Hambriento no le gustaba ver a su amo de esa manera, quería alegrarlo, así que tomo su correa y se la llevo al niño incitándolo a salir al parque a jugar en la nieve. Ambos estuvieron jugando por un largo rato hasta que empezó a oscurecerse. Jim no dejaba de voltear a ver la parada del autobús esperando que alguno le llevara de vuelta a su madre. Pero ella nunca salió de todos los interminables autobuses que pasaban por ahí.
Ambos volvieron a casa y siguieron esperando mientras veían televisión, atentos a la puerta, con la esperanza de que en cualquier momento esta se abriría y Diana entraría por ella para estar con su hijo. Pasaron las horas y Diana no volvía y eso molestaba mucho al pequeño. Su madre le había prometido estar con él ese día para ir a ver el inmenso árbol de navidad de la plaza central, pero se hacía cada vez mas tarde y su madre no volvía
Pasaron las 11 de la noche cuando ella finalmente volvió. Jim se había quedado dormido frente al televisor junto a su mascota. Hambriento se despertó al escuchar a Diana acercarse a ellos y con cuidado trato de levantar a Jim para llevarlo a su habitación, pero al hacerlo el niño se despertó y vio a su madre. Jim estaba molesto con ella y le reprocho por haber llegado tarde. Diana le explico que había llegado tarde porque había ocurrido una complicación en su trabajo y que tenía que arreglarla antes de volver
-siempre hay una complicación – le reprocho el niño – una junta o un cliente inesperado. Nunca estás conmigo, siempre estás trabajando
-trabajo para darte lo mejor
-no quiero lo mejor, quiero que estés conmigo, pero nunca estas porque no me quieres. ¡Quieres más a tu trabajo que a mí!
-¡cuida como me hablas James! – le grito Diana. Los problemas que tuvo que resolver en el trabajo fueron muy pesados y estaba cansada y molesta – le estás hablando a tu madre
-tú no eres mi madre
-claro que lo soy y mientras vivas en mi casa vivirás como yo quiera. Me rompo la espalda para comprarte todo lo que te gusta, ¿y así me lo agradeces? ¿Que acaso no te basta con lo que te doy? O dime ¿Qué es lo que quieres?
-¡quiero a mi papá!
-tu padre está muerto. Entiéndelo de una maldita vez. Yo soy tu madre y tienes que quererme
-No te quiero a ti ¡te odio!
-yo también te odio. Si no hubieras nacido Stanford aun estaría aquí. ¡Ojala hubieras muerto tu y no él...!
La voz de Diana había sido cortada de golpe. Hambriento, quien se había limitado solo a escuchar la discusión, se acerco a ella y le dio una cachetada para callarla. Las palabras que estaba mencionando eran demasiado duras y crueles para decírselas a un niño y más a un hijo. El pequeño niño sintió su corazón estrujarse de dolor y coraje. Se puso a llorar y corrió a su habitación donde se encerró. Hambriento fue tras él y araño la puerta para que le dejara entrar
ESTÁS LEYENDO
El niño pequeño y el perro hambriento
Truyện NgắnEn las calles se pueden encontrar distintos tipos de personas. Entre ellos, un chico sin hogar se encuentra muriéndose de hambre. Desesperado por no encontrar algo para alimentarse, elige un hermoso parque para dejar que el hambre acabe con sus días...