Uno: En mil pedazos.

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Hubieron días en los que me encontraba perdida, todo estaba mal en mi vida.

Tuve problemas que me afectaron mucho, tanto que tome decisiones de las cuales en este momento de mi vida no me avergüenza.

Mi cuerpo está lleno de cicatrices, ya no me molestan, ya no me avergüenzan. Al contrario, me gustan, porque son marcas que me hacen acordar aquellas veces que me caí y pude levantarme, es un recordatorio de que cualquiera puede tropezarse y quedarse acostado hasta que el tiempo lo arregle pero solo los valientes piden ayuda y se levantan por si solos.

Y cada vez que veo mis cicatrices me siento segura, porque sé que no voy a volver a eso.

Estoy segura de que en el futuro voy a caer mil veces más, pero también estoy segura de que me voy a levantar en cada una de ellas.

Cada vez que camino por la calle, la gente me ve, ve todas esas cicatrices que mi cuerpo tiene, para después verme con desprecio, lástima, pena. Hubo un momento en que eso me molestaba, pero ya no, ya no me molesta que la gente lo vea, me volví segura de mi misma y es algo de lo que me enorgullezco.

Boulevard | poemario ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora