Cap. 22

18 2 0
                                    

-¡Deliciosa!- grité al tomar el primer bocado de aquella, realmente deliciosa, nieve de cacahuate.- Es lo mas delicioso y sabroso que he probado en mi vida.- Carlos solo reía ante mi entusiasmo. Ya extrañaba a mi mejor amigo, aunque siempre lo tenía al tanto de todo, llevaba mucho tiempo sin salir con el.

-Y bien... ¿Qué ha pasado últimamente que no me has contado?-

- Mmmm pues creo que nada pero....¿Has sabido algo de Harry?- Carlos me miró algo sorprendido, y yo me sorprendí después de hacer aquella pregunta, tal vez me había lastimado pero aun era mi amigo, o al menos eso creía yo.

- Si, aunque no ha ido a la universidad desde que entraste al hospital. Hablando de eso ¿cuándo vuelves a la escuela?

- ¡¡El Lunes!!- Carlos tenía esa sonrisa de felicidad en su rostro que me daba mucha risa, me abrazo y comenzó a saltar de alegría, parecía un niño, mas bien, aún era un niño, seguía siendo inmaduro pero me agradaba ya que yo también lo seguía siendo.

-¡Al fin! Me sentía solo sin ti ahí. Espero y me dediques un tiempo. ¿O me volverás a olvidar por estar con tu...agh...novio?- comencé a reír ante su tono celoso, era muy gracioso. Amaba su tono celoso, me hacía sentir importante.

-¡¡CARLOS ESTA CELOOOSOOOO!! Claro que no lo haría, pero no puedes quitarle a el su tiempo.

Recorrimos la isla caminando, platicando y bromeando un poco, extrañaba las tardes como estas, saliendo con mi mejor amigo, en Port Jefferson, un helado, la playa, es hermoso. Nuestro barco hacía Coscob regresaba a las 8:00 p.m y de ahí tomaríamos el tren a Connecticut para ir a casa.

Eran las 7:50 y Carlos aún no regresaba, había ido a comprar uno de los chocolates de la dulcería. Esos chocolates son deliciosos, era tradición comprarlos y competir en el camino para ver quien resistía mas sin comerlos, y realmente era inútil ya que no resistíamos mas de 5min. Carlos había llegado al fin, pero yo ya estaba dentro del ferri, me encantaba ver la noche así que subí hasta la parte al aire libre, deje todas las bolsas que traía, había que prepararse para salir con Carlos. Carlos y yo no somos aquellos que comen poco, ni de los que aguantan mucho tiempo sin comer. Carlos llego con las 2 bolsas de chocolates y las colocó frente a nosotros y comenzó a contar. 1 minuto: comenzaba a saborearlos. 2 minutos: babeaba por probar uno. 3 minutos: suplicaba que Carlos se rindiera y tomara la bolsa de chocolates. 4 minutos: me había terminado la bolsa. Por primera vez Carlos no había tomado la bolsa. Sabía que algo andaba mal. Tomé la bolsa y era muy ligera, la abrí y no había nada, se los había comido antes de subir al barco.

-Carlos eres un tramposo.- dije y después estalle en risas al ver que Carlos salía huyendo, al parecer había comido muy rápido, sabía que iba al baño, así que no me molesté en seguirlo. Tomé mi celular y lo prendí ya que habíamos prometido, Carlos y yo, apagarlo cada que saliéramos. 5 llamadas perdidas de Louis. No me preocupe ya que sabía que lo hacía para molestar a Carlos.

-Hola Lisa.- conocía esa voz, esa voz que hacía que me estremeciera cada vez que la escuchaba. Aspera y grave.

-Hola Harry. ¿Necesitas algo?- dije en un tono indiferente.

-Si, te necesito a ti. Te extraño y detesto que quieras tenerme lejos, ¿podrías perdonarme?- no lo miraba, no quería hacerlo.- Lisa mírame, mírame y dame una respuesta.

-No, no te perdono Harry. ¿Que creías? ¿Que siguiéndome a uno de los lugares mas especiales para mi y solo pidiendo una sencilla disculpa todo estaría bien? Me conoces, o al menos eso creo, sabes que es lo que debes hacer. Tienes que cambiar.- dije mirándolo y dejándole en claro que tenía que demostrarme que estaba arrepentido.

-Lisa, te necesito, yo cambie, cambie por ti, por que te amo. Eres lo mas especial y extraordinario que tengo. Perdóname.- no me dejó darle una respuesta, solo se lanzó y besó mis labios, aquellos besos que me volvían loca. Sentir sus labios de nuevo en los míos fue hermoso, pero sabía que estaba mal pero aun despertaba una parte de mi, aun tenía parte de mi. Puse mi mano en su pecho intentando alejarlo pero incluso mi cuerpo se rehusaba a hacerlo. Apartó sus labios de los míos y susurro un suave 'Te amo' antes de desaparecer.

-Princesa ¿éstas bien?

-Lo viste todo ¿cierto?

-No, solo, eso...- Carlos sabía, lo entendió al ver mis ojos cristalizarse y enseguida me abrazó y comenzó a decirme que todo iba a estar bien, no contuve mis lágrimas. Saber que no pude evitar aquello y no hice nada para detenerlo me dolía, Carlos lo sabía, me conocía. Había puesto un clavo en mi relación con Louis y la marca no iba a desaparecer. Estoy segura de que no va a desaparecer.

Completos extrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora