Cap. 30

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Murmullos, miradas y toda clase de personas. Veía como todos comenzaban a alterarse, maestros y alumnos pensaban en que debían hacer pero ninguno reaccionaba. Vi en la muñeca de el profesor Albert una marca, esa marca, yo la conocía, yo.......yo la recordaba. Aquel estruendo que me había asustado me había hecho levantarme y al dar la vuelta dos manos me atacaron, recuerdo esa marca, la vi cuando me empujó y me mantenía bajo el agua, la marca de la mano que me acariciaba en el hospital. Albert me soltó y salió corriendo cuando se dio cuenta que había visto aquello, un circulo con un dragón dentro de el. Todos estaban tan sorprendidos al igual que yo. Los maestros comenzaron a meter a los estudiantes a los salones, todos seguían murmurando acerca de lo sucedido; me senté en la banca frente a la oficina del director tratando de recuperarme del susto, mi cabeza daba vueltas sin parar, estaba perdida en mis pensamientos hasta que alguien se sentó junto a mi en la banca.

- Sabes, siempre supe que tenías problemas con el.- voltee inmediatamente, lo vi y las lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas.- Vamos pequeña, se que eres fuerte, se que tu podrás llevar esto. Y me tienes a mi para apoyarte en todo.- dijo abrazándome fuertemente entre sus brazos.

- Gracias Robert, gracias.- Besó mi frente y se despidió ya que tenía que irse y seguir con sus clases. Robert es bueno como padre y lo irónico es que no lo es, pero lo considero uno, me brinda el apoyo que mi padre no me ha dado.

Entré con el director y un escalofrío recorrió mi cuerpo al verlos salir de la oficina, ambos llenos de algún liquido del laboratorio de química, ambos traían una camisa blanca. Sus ojos esmeraldas y esos ojos azul cielo, bajé la mirad al instante y pase entre ellos, llegué a la puerta de la oficina y pedí permiso para entrar.

- Vaya, la tercera de la historia, ¿estas bien Lisa? Me he enterado de lo que paso pero no puedo ayudarte si no me cuentas la historia completa.- me arme de valor y comencé.

El director se asombró al enterarse de ello y al siguiente minuto ya estaba siendo interrogada por la policía. Esperé fuera de la oficina unos minutos, discutían sobre que pasaría conmigo y con Albert, desvíe la mirada y lo vi, lo vi frente a mi y tuve que contener mis ganas de ir corriendo abrazarlo, ambos lo intentamos, hasta que vino hacía mi, me elevó y me dio un fuerte abrazo, de esos que necesitaba hace mucho. "Cuando alguien te quiere, nunca se irá". Esa frase retumbo en mi cabeza en aquel momento, sabía que habría una razón por la cual se había alejado de mi y yo la quería escuchar. Me llevó al ventanal que daba al patio y al gran árbol que estaba en el. Tomó mi mano y comenzó.

- ¿recuerdas el día en que nos conocimos? Te acababan de mandar a la dirección.- soltó una pequeña risilla.- me dijiste tu nombre nerviosa y portabas tu hermosa sonrisa.- me sonroje ante su comentario.- recuerdo que saliste huyendo de Harry y lo ignorabas, mientras mas te gritaba mas te alejabas.-Recordé todo a la perfección, recordé como se había ganado mi confianza en tan poco tiempo, en todo el cariño que me había dado, todo, todo.- Lisa lo siento.- agacho su cabeza en señal de arrepentimiento, vio su muñeca y quitó la pulsera que siempre traía. Tenía la marca. Me paré lo mas rápido que pude y salí corriendo de ahí. Escuché como gritaba mi nombre y corría detrás de mi. Las lagrimas caían de mis ojos. Nunca creí tener al enemigo tan cerca.

Completos extrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora