Asocian la interseccionalidad con su coco favorito: ''identidad política''

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La frase ''identidad política'' es meramente un término general peyorativo que invoca una variedad de ambiguas y tergiversadas ideas de fracasos políticos.

Declarar algo como ''identidad política'' es frecuentemente una medida tomada para trivializar problemas basados en la identidad que ponen a muches integrantes de grupos sociales dominantes en un estado de incomodidad (ej. Black Lives Matter[3] criticando al racismo anti-negro, feministas criticando al sexismo, activistas cuir[4] criticando la heteronormatividad, etc.)

Básicamente, ''identidad política'' es usado como una expresión para identificar desviación política, para describir acciones política desafiando estructuras políticas desbalanceadas a las cuales hemos sido condicionades a aceptar.

Lo irónico es que la política está inevitablemente conectada con la identidad para todo mundo. Quien y que somos está arraigado en nuestras identidades. Las identidades están conformadas por un contexto socio-histórico y están directamente impactadas por una interpolación (los medios por los cuales nos encontramos con los valores de nuestra cultura y los internalizamos) así como nuestras experiencias vividas. Las experiencias se correlacionan con la identidad para proveer un fundamento epistémico y político para la interpretación del mundo que habitamos.

Considere una blancocentrismo-sidad, una característica cultural profundamente arraigada de esta nación (EEUU). El término ''blancocentrismo-sidad'' describe la centralidad de la representación blanca que permea cada faceta de la cultura dominante. Esta representación sostiene como ''normal'' la ubicuidad del lenguaje, ideas, valores, costumbres sociales y cosmovisiones establecidas por la perspectiva blanca.

Este centrismo en la blancura estandariza la misma. Esta estandarización satura lo que nos referimos como el ''status quo''. El mantenimiento de este orden social es identidad política blanca, como la participación en actividades políticas para preservar estas ideas y estructuras exige priorizar los intereses colectivos de la América blanca.

La cosa es, nadie distingue motivaciones políticas, criterios políticos o maniobras políticas que consagran el centrismo en la blancura como identidad política blanca. En su lugar, la identidad política blanca es ignorada porque somos socializades a considerar el sostenimiento de la cultura dominante como ''la expectativa'' o ''la forma en la que las cosas deberían ser''.

Le Dre. , sociólogue con la Swinburne University, repite este sentimiento, declarando:

Si la frase tiene un valor en absoluto — y realmente no lo tiene — ''identidad política'' llama atención a las formas en que la gente de grupos mayoritarios, especialmente la gente blanca, no ''ven'' como sus identidades son gobernadas por política.

Así es como la blancura funciona: la cultura blanca está incrustada en todos los campos de la vida pública, desde la educación, a los medios, a la ciencia, a la religión y más allá. La cultura blanca está construida como la norma, así que se vuelve en un ideal dado-por-sentado con el cual otras culturas son juzgadas en contra, por la gente blanca.

Ergo, la gente blanca no reconoce como su raza da forma su entendimiento de política y sus relaciones con grupos minoritarios.

No debería de venir como una sorpresa que aquelles que ocupan posiciones de dominio social buscan desacreditar la identidad política manejada por aquelles con un poder social restringido.

Se referirán a ello como ''divisivo'' o ''tribalismo'', descuidando el hecho de que el activismo político que elles empequeñecen es en respuesta a las divisiones sociales preexistentes, situando a ciertos grupos sociales (tribus) con mayor poder sociopolítico por el precio de subordinar otros grupos sociales.

Irán a grandes distancias para invalidar misiones para incrementar el poder social y político para les integrantes de grupos sociales marginalizados — comunidades sistemáticamente privadas de derechos de maneras que restringe el acceso a recursos u oportunidades creadas completamente asequibles a otros grupos sociales.

En otras palabras, el término ''identidad política'' es típicamente utilizado como un caballo de Troya lingüístico para estigmatizar campañas por los derechos civiles.

En 1977, una organización feminista negra lésbica conocida como la Combahee River Collective (''Colectivo del Rio Combahee'' al español) que podría ser considerado como el génesis histórico de identidad política explícita. En él, el grupo expresa la relevancia de identidad a la política y como los aspectos compartidos de la identidad producen solidaridad cuando se enfrenta a formas únicas de opresión que apuntan identidades específicas. El grupo se formó después de que los temas relacionados con sus circunstancias particulares de vida fueran continuamente ignorados debido al heterosexismo generalizado, el borrado dentro del movimiento de mujeres dominado por los blancos y el borrado dentro del movimiento de liberación negra dominado por los hombres.

Para los grupos sociales marginalizados, lo que es percibido como identidad política explícita es un desafío al statu quo-ismo y usado como método para la búsqueda del incremento del poder sociopolítico actualmente no distribuido de igual manera o equitativa. Esta forma de participación política — la cual enfatiza cuestiones y perspectivas relevantes a los aspectos compartidos de una identidad — sirve para abordar enfermedades sociales que desproporcionalmente impactan las vidas de grupos sociales marginalizados de formas claras y específicas.

Un enfoque láser en asuntos relacionados a nuestras propias posiciones sociales engendra insularidad y complacencia, obstruyendo nuestra conexión emocional e intelectual a realidades sociales disparatadas que no experimentamos. Es por esto que necesitamos interseccionalidad — para desafiar y expandir ese enfoque estrecho.

Hablar sobre como la interseccionalidad nos obliga a movernos más allá de nociones más simplistas de asuntos sociales complejos, Zevallos dice:

La interseccionalidad no es acerca de ''identidad política'', un término usado para denigrar las contribuciones al activismo de las minorías, academia y otras discusiones públicas. La interseccionalidad es un cuadro utilizado para ilustrar cómo es que los sistemas de discriminación están interconectados.

Las mujeres negras lucharon en contra de las leyes de relaciones industriales a la par que experimentan seguidos incidentes de racismo y sexismo en el área de trabajo. La ley pone a las mujeres negras en una posición triquiñuela al forzarlas a enfocar las quejas del área de trabajo en ya sea el área de discriminación racial o el de discriminación de género.

El uso del interseccionalidad de la profesora Crenshaw brilla en como procesos existentes actúan como si los individuos pertenecieran a grupos discretos, cuando, de hecho, las mujeres negras se enfrentan a varias desigualdades al mismo tiempo. Durante décadas, teoristas, incluyendo la Profesora Crenshaw, han desarrollado más la interseccionalidad para demostrar otras relaciones desiguales de poder estructural.

Por ejemplo, una activista y mujer negra en una protesta del Black Lives Matter desafortunadamente no podría contar con que la policía la resguardara de peligro, como hemos visto por todo el mundo —[5] puede tener la expectativa de que el policía la proveerá de un ambiente pacífico para ella, incluyendo el poder marchar a través de la ciudad. La raza le ofrece un amortiguador a un grupo de género (mujeres blancas) pero no a otro (mujeres negras); ergo, las interconexiones de raza, género y otras formas de obstáculos requieren atención concurrente.

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