Capítulo tercero

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Ireth

Sahily, no tenías por qué ser tan dura con ella. -le dijo la casi-pelirroja a la albina- Sabes que está pasando un momento terrible. Sabemos que te encanta ir directo al grano ¿vale? pero tampoco exageremos.- Sahily mostró su rostro más apenado y su amiga, al comprender que sí se sentía culpable, continuó esta vez más suave- Sa... no tenías porqué ser tan dura, imagínala, ahora tiene más dudas que antes.

Tranquila Alma... tranquila - sonrió y le puso una mano en el hombro- sé que esto es duro para ti también. Es como revivirlo todo para ti, pero las cosas son así. Y no voy a darle vueltas al tema. 

Pero Sa... la has tratado como si supiera toda la historia o como si hubiera sido educada en estos lares. Ya sabes que ella apenas nos recuerda. -Esto último lo dijo con un dolor tal que le cortó esta última palabra.

Sahily la abrazó, comprendiendo a su amiga y consolándola.- Tranquila, nuestra querida Lizz tiene una fortaleza como su madre -dijo sonriéndole- , ella lo superará todo. -Tras una pausa, comentó como para si misma- Lo que no entiendo aún es cómo puede ver a su Wyatt.

La verdad, es que yo tampoco... pero a John no parece desagradarle la idea, ¿cierto? -dijo con mirada cómplice- el problema vendrá luego. Si él llega a sentir algo por ella. Ya que tendremos algún problemilla.

 No, no creo. John sabe lo que hace. Además, es su Wyatt desde que tiene memoria. -Orgullosa recordó- es un Wyatt excepcional, no nos fallará. Además, él sabrá lo que le conviene. Su única intención es protegerla, ya lo sabes.

Sí.-dijo no muy convencida- supongo, que nos toca esperar a ver qué ocurre. Nos faltan seis meses para su cumpleaños... y el hecho de que pueda ver a su Wyatt significará que está despertándose poco a poco. Y aún tenemos que enseñarle cómo reaccionar a todo lo que va a poder ver.

Bueno... ahora tenemos otros asuntos que aclarar -dijo la tercera mujer que estaba apartada de la conversación- cuando llegue el día, ¿se casará con mi hijo? -sonrió maliciosamente a Alma.

La sala se quedó en un silencio profundo, y tras unos segundos que parecieron eternos, Sahily dijo;

Si decide casarse, se casará con quien ella decida. -dijo desafiante y segura. Y más para sí misma que para el resto añadió- De nuestros tres hijos.

La tercera mujer, con una sonrisa en el rostro no aportó nada más a la conversación. Ansiosa de que fuera su hijo quien la conquistara. Y Alma esperando que esto no fuera de esta manera.

Alma se despidió de su amiga, con un leve asentimiento de cabeza que la otra imitó. Se puso en el centro del lugar en el cual hacía no muchos minutos se encontraba Elizabeth. Cerró sus ojos, y extendió sus brazos delante de ella levemente, y dejó sus manos en forma de cuenco. De allí, surgió una pequeña luz redonda de color blanco. De esta, salieron muchas más, de un tamaño menor. Que se fueron envolviendo en su cuerpo empezando por su cabello y siguiendo por su tez hasta llegar a sus pies a través de su toga. Entonces, desapareció. Y Sahily sonrió, le encantaba la forma en que ella siempre volvía, pero no por eso la envidiaba.

Alma se encontraba ahora delante de la ventana de Elizabeth. Y vio a Jhon... vio a John arrodillado en el suelo mientras rozaba con su mano la cara de ella. Ella dormía. Y sonrió ante el contacto. Pero seguramente estaba soñando. Alma suspiró, sonrió y decidió no decir nada. Después fue a la habitación de la hermanita de Elizabeth. Allí, le pidió permiso al Wyatt de esta para verla en sueños. Éste accedió.

Alpha (En espera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora