Conforme pasaban las semanas no hacía falta que yo fuera a la empresa. Las clases comenzaron otra vez. Navidad y año nuevo fueron solamente un rumor en el que pasé las noches solo. Ahora, volvía a mi atareada vida, que, en realidad era mucho mejor que estar en casa jugando al ermitaño de las montañas.
Chris no había vuelto a casa desde aquella vez. Dijo que tomaría "prestado" un libro, y bueno, no ha regresado desde entonces por ningún motivo. Haneul me había llamado un par de veces, de esas en las que yo estaba más desocupado que nada y no quería que me arruinara un buen rato. Al final de las clases los chicos que pertenecían a mi grupo se unieron en bolita.
Cómo era de esperarse yo no les daría la menor importancia aunque entre murmullos escuchaba mi nombre. Planeaban algo, eso era seguro. Dejé de lado ese hecho y salí rápidamente, no estaba de humor como para que me viniesen a joder la existencia en una ocasión más. Después de un rato de caminar entre el verde césped de la facultad llegué a la acera.
Llevaba una mochila que era más grande que mi torso. Me puse la gorra de la chamarra y comencé a caminar. En los días de escuela prefería llevar mis tenis que traer algún otro tipo de calzado. Me faltaba poco para terminar mi proyecto y rogaba porque me llamaran pronto para pasarme el resto de la documentación acerca de los ingresos del futuro fundador.
Caminaba una larga trayectoria antes de llegar al subterráneo. Escuchaba algunos pasos detrás de mí. Puse mis manos en puños y seguí sin mirar atrás o desacelerar mis pasos. Antes de dar la vuelta en una esquina sentí como alguien jaló mi mochila por detrás. Caí de espaldas al piso y unos chicos se comenzaron a reír. Aunque no entendía lo gracioso de molestar a las personas, tuve que guardar silencio y levantarme. Sin embargo no me fue permitido, como muchas cosas de las que he sido privado también.
-¿Qué haces aquí Min? Te dijimos antes de salir de vacaciones que no te queríamos de vuelta.
-Parece que el chinito no entiende nuestro idioma, ja, ja, ja.
-Que decepción. ¿No lo crees Marina?
-Sí, parece que después de todo es un mito que los asiáticos son tan listos.
Julio, Francisco, Dylan y Marina eran siempre los protagonistas de mis días irritables. La manera en la que ellos hacían menos a los demás por su posición social era realmente molesto. Yo era sin duda alguna era parte de todas esas personas a quienes molestaban, pero... ¿Qué más da? Me traté de levantar antes de recibir una patada de Dylan. Patético, así me sentía. Sí yo les hiciera algo probablemente recibiría una golpiza peor.
-Ja -reí- ¿Qué hace alguien cómo tú hablándome?
-¿Q-QUÉ? ¡No puede ser! -golpe- ¿Ahora te crees muy importante?
Me fui incorporando de a poco antes de sentir como un pie en mi cabeza me despedía de nuevo al piso. Me parecía realmente molesta la manera en la que personas de este nivel educativo perdían el tiempo golpeando en grupo a una sola persona. Seguí riéndome, ellos estaban ahí de pie sin decir nada. Francisco parecía divertido mientras que Julio se molestaba. Aún así las caras gélidas de Dylan y Marina eran algo de lo cuál reírse. Al final Francisco me tomó desprevenido con un puñetazo en la cara mientras reía.
-La manera en la que te atreves a retar a alguien cómo nosotros me llena de diversión. A pesar de eso, es más divertido acabar con esa valentía de la que presumes. Min Yoongi. ¿Qué piensas hacer ahora? -él se quedó mirándome a los ojos mientras yo sonreía- Marina, creo que debes de probar mi nuevo juguete.
Le entregó una pequeña mochila de donde ella sacó una especie de guantes gruesos con púas en los nudillos. Ella sonrió de lado y me miraba mientras se los ponía.
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Mind Matter. (Yoongi)
FanfictionChris y Yoongi no tienen hogar. Ambos son iguales. ¿Qué tan malo es que alguien descubra tu mente? ¿Qué tan importante es mantenerla a salvo?