12. LA conversación

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LEXA

Clarke me había dejado en visto. ¿Eso era una señal para que fuera o para que no? Me daba igual, necesitaba ir a hablar con ella. Llevaba demasiado tiempo aguantándome, necesitando este momento de conversación.

Fui corriendo hacia mi habitación bajo la mirada de Raven, extrañada. 

- ¿Que te pasa?- gritó desde el salón, la otra punta del piso.

- ¡He quedado con Clarke!- no pasaron ni diez segundos y ya la tenía en mi habitación interrogándome.

- ¿Con Clarke? ¿Griffin? ¿La del otro día? ¿Y eso? ¿Te gusta? ¿Os habéis enrollado?- un mar de preguntas caían sobre mí mientras iba de un lado a otro de mi habitación mientras yo cogía mi cartera, las llaves y mi móvil y buscaba un bolso o mochila donde poder llevarlo.

- Raven, por favor, para- le dije cuando ya tenía lo que quería-  No ha pasado nada, ni creo que vaya a pasar, solamente tenemos que hablar de algunos temas.

- Pero ¿Hablar de qué? Si no vais juntas a clase ni nada...- bufé.

- Ya te contaré, ahora déjame- fui a paso ligero hasta la puerta y la cerré tras de mí, dejando en aquel piso a mi intrigada amiga. Ya tendría tiempo de contarle todo.

Sabía dónde vivía Clarke por que un par de semanas antes de que se alojaran, Octavia sabía la dirección y quiso que le acompañásemos a ver en que zona quedaba y el resto de cosas. Llevaba más ventaja que ella.

Tardé cosa de veinte minutos en llegar, quedaban cinco para que diera la media hora que le había prometido a Clarke. Pero mi impaciencia me podía. Me acerqué al telefonillo temblorosa. Tenía un nudo enorme en el estómago y cada milímetro que mi dedo se acercaba a aquel botón temblaba más y más, y la idea de salir corriendo de allí y dirección contraria iba ganando porcentaje en mi cabeza. Pero lo hice.

- ¿Quien es?- no era la voz de Clarke.

- Soy yo- "Octavia ábreme que me congelo".

- Yo ¿Quién?- la mato.

- Soy Lexa- "Déjame entrar"

- ¿Y que haces aquí?- "Perdóname la vida"

- O tía, que me estoy congelando, ábreme- y se escuchó el sonido de que la puerta ya está lista para abrirse.

Entré en el portal. La diferencia de temperatura entre la estancia y el exterior era considerable, pero aún así los cristales no estaban empañados. Subí las escaleras hasta el cuarto piso y tras recomponerme un poco, ajusté mi ropa y llamé al timbre.

-¡Voy!- se escuchó al otro lado de la puerta. No pude distinguir si era la voz de Clarke o mi otra amiga. Se escucharon pasos al otro lado de la puerta. Mi corazón no tenía espacio suficiente en mi caja torácica para latir y atentaba con romperme las costillas y el esternón a cambio de poder latir unos segundos más.

Y la puerta se abrió. Y Octavia apareció. 

- Está cogiendo sus cosas- me dijo nada más abrir la puerta.

- Hola a ti también- torció la cabeza.

- Ay, que estoy nerviosa hasta yo- le di un codazo.

- Calla, que vergüenza- me llevé las manos a la cara. Unos pasos comenzaron a retumbar en el pasillo. Mi amiga y yo asomamos la cabeza por la esquina. Juraba que me moría.

- Hola Lexa- me miró y yo la  miré, y mis órganos encargados de proporcionarme oxígeno comenzaron a fallar. No era el momento de tener un ataque de ansiedad. "Lex tu puedes".

Destino: Berlín #ClexaAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora