23. Tres horas y media

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LEXA

  -¿Vamos? - le pregunté. Se dirigió a su habitación y la seguí, debía recoger mis cosas para llevarlas al piso.

Cuando entramos al cuarto cerré la puerta tras de mi. 

-¿Te apetece hacer algo mientras cocinan? - le pregunté -Podríamos ir a dar una vuelta por el centro, no has tenido mucho tiempo de conocerlo...

Se giró para mirarme mientras levantaba una de sus cejas, típico gesto de Clarke. Solo que cuando éramos pequeñas y lo hacía no causaba lo que causaba hoy en día en mis entrañas. 

-No es precisamente eso lo que tenía en mente... -dijo en un tono bajo y pausado a la vez que daba un paso hacia mí.

Joder Clarke.

Agarró el borde de mi camiseta atrayéndome hacia ella.

-Si no quieres podemos ir al parque, el césped debe tener un color verde precioso - dijo de una forma que para nada era forzada.

Negué. Mierda.

- O sea, no que no quiera si no que me da igual el parque- me puse nerviosa. Mis palabras salían atropelladas de mi boca. Clarke cada vez acercaba más su boca a la mía. 

Relájate Lexa, no es algo que no hayáis hecho nunca.

Me dejé llevar. Moví mi cabeza hacia la de la rubia, pegando mis labios a los suyos. Noté cómo el agarre de mi camiseta cada vez era más fuerte. La sangre que recorría mi cuerpo se había vuelto completamente loca, no sabía para dónde tirar.

Subí una mano directamente a la nuca de Clarke, atrayéndola hacia mí. Joder, la necesitaba tanto... La otra mano la bajé a su zona lumbar, colándola por debajo de su camiseta. Noté como dio un pequeño respingo, no se lo esperaba. 

Pero yo ya estaba cansada de ir con miedo, con cautela, era Clarke ¡Por dios! No debía haber ninguna barrera entre nosotras, o ni siquiera pensar en imponerla... Y era exactamente lo que yo he estado haciendo desde que me la encontré.

Acaricié sus labios con mi lengua, introduciéndola suavemente en su boca, chocando con la suya. Nuestros dientes chasquearon suavemente, lo que hizo que ella me besara con más ganas. ¿Íbamos a llegar a mi piso? Si estuviéramos solas allí no, seguramente ya estaríamos sobre la cama, pero por desgracia no era así.

La separé suavemente. Me ardían los labios. Puse mis manos a cada lado de sus caderas.

-Clarke... - susurré.

- Hm- musitó dejando un suave beso en mi barbilla.

- ¿Vamos a mi piso?- sus ojos se abrieron por completo. ¿Quizás fui muy brusca? ¿Había interpretado todo mal? Creo que no... Pero cabía la mínima posibilidad.

Sin decir nada más se separó de mí. Se quitó la ropa ante mi atenta mirada, se puso unos vaqueros, una camiseta y agarró su bolso. Y sin esperarlo cogió mi mano y tiró de mi fuera de la habitación, dirección a la puerta de salida.

Joder con Clarke.

- Adiós- se escuchó salir de la cocina cuando la rubia abría la puerta de casa y yo la cerraba tras de mí.  Bajamos las escaleras corriendo, sin soltar mi mano. Cuatro putos pisos. Definitivamente quería matarme.

Destino: Berlín #ClexaAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora