1. Mentiras.

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Ya había pasado un año desde que Mateo no volvió a ver a Andrés, se había sentido muy mal cuando lo dejo solo en aquel Motel pero ahora ya no le importaba ese chico de ojos Ambar.

Se había mudado a Port Angeles donde los días siempre eran fríos y lluviosos, perfectos para él. Allí no conocía a nadie pero eso era lo de menos, realmente no quería conocer a nadie, no quería que lo dejaran solo de nuevo. Llevaba viviendo allí ya unos tres meses.

En los Angeles su hermano Carlos se había ido a vivir con su novio, muchas veces fue a visitarlos y siempre que llegaba, Carlos lloraba angustiado porque de nuevo su novio había echo alguna tontería, como cortar sus muñecas hasta quedar en un pequeño charco, no muy grande, de espesa sangre. Pero hace poco volvió a visitarlo y ya no era así, por fin se había recuperado y ya no hacia tales cosas.

Al cumplir dieciocho años se fue de los Angeles termino el colegio y sus padres no le impidieron irse, eso era lo que ellos querían desde un principio, así que a Mateo le fue más fácil alejarse de ese lugar. Entro a la universidad a estudior Psicología, no tenia amigos ahí pero si unos cuantos "enemigos" que de vez en cuando le molestaban, pero Mateo simplemente los ignoraba.
Pero un día simplemente pasaron el limite.

Mateo iba tranquilo por las calles mientras escuchaba su canción favorita "End Of Me" de A Day To Remember. Ya había salido de la universidad y como todos los días iba directo a su casa, pero recordó que le faltaba comida así que se desvío al Supermercado. Estando allí compró todo lo que necesitaba para sobrevivir, pago sus compras y se dirigió de nuevo a su casa.

Mateo vivía en una residencia de apartamentos, su apartamento no era muy lejos de la universidad, había conseguido un trabajo en una tienda de música y con lo que le pagaban era suficiente para pagar la renta del apartamento, comer y comprar ropa, su jefe entendió la situación en la que estaba y le pagaba un poco más. Había ganado una beca completa para poder estudiar, por ser uno de los mejores.
Mateo se sentía bien viviendo allí ya no había necesidad de lastimarse él mismo.

Mateo seguía caminando hacia su casa perdido en sus pensamientos pero entonces un fuerte empujón lo hizo despertar. Sus bolsas calleron al suelo rompiéndose y de ellas salia la comida que había comprado. Se voltio enojado mirando al responsable. Era Brad y sus tres amigos, eran realmente inmaduros por molestarlo, pues ya no estaban en el colegio. 

—Oh, lo siento— Dijo Brad con una sonrisa irónica.

Mateo solo se giro para recoger sus bolsas, pero Brad lo empujo de nuevo haciendo que Mateo callera completamente al frío suelo.

—Mirame cuando te hablo, idiota.

Mateo se reincorporó y lo miro con odio.

—¿Que quieres, Brad?— Pregunto Mateo con impaciencia, no le tenia miedo a Brad, pero queria Ir se a casa lo más pronto posible.

—Hmm nada en particular.

—Si no quieres nada, entonces me largo.

Mateo se levantó dispuesto a marcharse de ahí, pero Brad se interpuso en su camino.

—No, no te iras de aquí Ratita,  vamos a jugar un rato.

En aquel callejón se podía escuchar los quejidos de Mateo, quejidos de dolor, pues Brad lo pateaba con fuerza por todas partes, de esto se trataba cuando Brad decidía "jugar", pero con Mateo nunca había hecho tal "juego". Los amigos de Brad reían mientras fumaban.

—Ah, quien quiere seguir - Pregunto Brad mientras se sentaba con sus amigos y encendía un cigarrillo.

—Yo... - Dijo uno de los chicos, este era alto y delgado, de cabellos negros y ojos oscuros.

—Adelante - Permitió Brad sonriendo.

El chico llego hasta Mateo se arrodilló y lo ayudo a sentarse, Mateo escupió sangre a un lado de él. Se sentía fatal pero aun así no sentía miedo.

El chico tocó suavemente su mejilla y lo miraba con...¿ternura? Mateo lo miro raro. El chico se levanto y desabrocho sus pantalones, sus amigos lo miraban sorprendidos, Mateo seguía sin sentir miedo.

—Relajate y no te dolera - Dijo y levanto a Mateo estampandolo contra la pared bruscamente y entonces lo beso, Mateo no correspondía aquel beso que olía a cigarrillos y eso le repugno.

—Hey, hermano ¿que haces?- pregunto Brad a su amigo al ver lo que hacia

—Que no vez Brad, lo beso- respondió este tranquilamente mientras se giraba hacia Brad—¿Que? ¿cres que es asqueroso, Brad?- por primera vez Mateo pudo ver miedo en los ojos de Brad no sabia que cara era la que ponía ese chico porque le estaba dando la espalda.

—N-No...- respondió Brad pero se podía apreciar el miedo en su voz.

—Mejor vete de aquí niño- se giro mirando a Mateo con ternura.

Mateo hizo caso pero apenas podía moverse, aun así lo intento tomo su mochila y salió de aquel callejón sin decir ni una sola palabra.

Cuando llego a su pequeño apartamento callo rendido en el sillón, se sentía muy mal y no entendía porque ese chico hizo aquello.

Decidió que lo mejor era darse una ducha y entro al baño mirándose en el espejo se sintió a un peor cuando vio su ojo derecho con un gran hematoma y el labio partido, al quitar sus ropas sucias vio todo su torso con muchos más hematomas, al tocar uno se quejo, le dolía mucho, así que se decidió entrar a la ducha para relajarse. Cuando el agua caliente toco su piel sus músculos se tensaron pero poco a poco se fue relajando, dejo que el agua lavara sus heridas que el día de mañana estarían peor.

Salio de la ducha tomo una toalla y seco con delicadeza su cuerpo, fue a su habitación se puso su pijama y se acostó en la cama, todo lo hacia con mucho cuidado para no lastimarse más, poco a poco fue cerrando los ojos y el sueño lo venció.

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Yo de nuevo.
Aquí esta la segunda parte del "libro", espero que les guste.
Los capítulos se subirán cada tres días, si se me es posible.
Me despido.💖
Besitos*

~Fin Del Comunicado~

Amor Suicida (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora