Capítulo 5.

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Malia no cayó en su tercer día de preparatoria, por suerte

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Malia no cayó en su tercer día de preparatoria, por suerte. Aunque seguía sin tener amigos. Pero, según ella, no necesitaba a nadie y, otra vez, eso era una mentira.
Esta vez no se había encontrado con Vince y eso la decepcionó un poco, pues a ella le gustaba humillar a ese chico.

- - - -

Quizás Vince cometió una ridiculez al mandarle un mensaje anónimo a Malia por whatsapp, pero a él no le importaba, pues de verdad necesitaba hacer sonreír a Malia.

Whatsapp Messages:

Vince:
¿Ya has sonreído el día de hoy?

Malia:
¿Quién eres y por qué me hablas?

Vince:
Seré la razón de tus sonrisas, nena.

Malia:
Wow, eh. Me dio un orgasmo al leer la palabra "nena". No seas cobarde y dime quién jodidos eres, ten huevos.

Vince:
JAJAJAJA sí que me hiciste reír, Malia. Soy la razón de tus futuras sonrisas.

Malia:
Vince, deja de joder.

Vince:
¡¿Qué?! ¡¿CÓMO SUPISTE QUE ERA YO?!

Malia:
¿Me crees estúpida? Fuiste la única persona que me habló bien en la preparatoria y supe que te encontraste con mi hermana.

Vince:
¿Tú no eres un agente secreto o algo por el estilo? Ya me diste miedo.

Malia:
No seas ridículo. No se necesita ser agente secreto para descubrir lo que planeas, eres muy predecible.

Vince:
A ver... Si tan predecible soy, dime qué estoy haciendo ahora mismo.

Malia:
Estás sonriendo como imbécil porque estoy entablando una "conversación" contigo.

Vince:
Diablos, creo que necesitaré una contraseña o algo para que no sepas qué es lo que hago.

Malia:
Creo que deberías dejarme en paz y hacer tu vida.

Vince:
¿Así que sólo lo crees? Wow, ¡estás dudando!

Malia:
Sólo quise copiar tu frase, no te sientas importante.

Vince:
¿Siempre tienes ese repelente contra las personas?
[Visto]

Vince:
Así que ahora me dejarás en visto...
[Visto]

Vince:
Bueno, descansa y ¡sonríe! Dale al mundo ese placer de verte sonreír.
[Visto]

Malia leyó el último mensaje de Vince y sonrió de verdad, salió de ella una radiante sonrisa verdadera, sin falsedades. Ojalá Vince pudiera ver que sí cumplió su objetivo.

-Este chico sí que es aferrado -dijo Malia para sí y sostuvo esa hermosa sonrisa que le pertenecía a Vince. La primera de muchas.

- - - -

Vince no sonrió, pues Malia lo trató pésimo, pero él no se daría por vencido.
En serio que Vince tenía un gran corazón, pues sí que era difícil aferrarse al propósito de hacer sonreír a Malia, la chica más irritante y hermosa que Vince había conocido en toda su vida.

El moreno se levantó de su cama y fue a su tocador para poner su celular ahí. Tomó el control remoto de su tv y se encontró con una fotografía de su papá, al cual había perdido hace ya varios años; su padre, desgraciadamente, se suicidó y, algo muy triste, fue que Vince ya tenía la edad para comprender qué era el suicidio y el porqué su querido padre hizo lo que hizo. Vince sabía que su madre no era la mujer más soportable del mundo, incluso a veces, a Vince no se le quitaba la idea de que a su madre en serio le faltaban unos tornillos pero, al menos para él, la casi inexistente cordura de su madre no era una razón para que su padre se suicidara. Pero a sus trece años, con una mente madura y con un año sin su padre, Vince comprendió que sí, que desgraciadamente por culpa de su mamá, su padre se había suicidado. Y, a pesar de todas esas complicaciones en la vida de Vince, ahí estaba él, con el propósito de hacer sonreír a la gente.

Vince encendió la tv y puso su serie favorita: The Walking Dead.

{...}

Malia se despertó muy temprano para bañarse, aunque eso no estaba en sus planes, pero no le quedaba otra opción porque, mientras dormía, le llegó su periodo y dejó su cama y sus prendas llenas de sangre.
Cuando a Malia le llegaba su periodo, tenía dos síntomas muy... notables, uno de ellos era ser más insoportable y cortante de lo normal y el segundo... bueno, eran unos fuertes y apestosos gases que hubieran servido para la Segunda Guerra Mundial con sus famosas cámaras de gases. Y hoy menos se acercaría a las personas, no por su actitud insoportable, sino por sus gases. Aunque ella actuara como si nada le importara y nada le diera vergüenza, sí le avergonzaría que una persona que no fuera su familia escuchara y, ¡lo peor!, oliera sus gases.

Malia salió de la ducha con una toalla alrededor de su delgado cuerpo y otra toalla alrededor de su precioso cabello. La joven caminó hacia su buró y tomó su celular, que no paraba de vibrar; lo desbloqueó y vio que su whatsapp estaba inundado de mensajes mandados por Vince, en los cuales decía que ya era hora de despertar.
Ella rodó los ojos pero leyó un poquito más y sonrió otra vez en menos de doce horas, ¡eso era un récord!

"Vamos, despierta que tienes que iluminarme con esa hermosa sonrisa que te cargas".

Ese era el mensaje que tanto hizo sonreír a Malia. Quizás ella no era fan del romanticismo y esas cosas, pero no pudo evitar que un zoológico entero comenzara a danzar en su estómago.
Como sea, ella lanzó su celular a su cama y se vistió para otro día de preparatoria, el último de la semana al fin.

Malia comió un poco de yogurt y después tomó su mochila para ya salir de su casa e irse a su prepa. Cuando ella estaba cerrando la puerta, escuchó un pitido de un carro detrás de ella. Volteó y se lo encontró.

Él se bajó del carro y caminó hacia la puerta del copiloto para abrirla. Vince sonrió y, con una voz de caballero exagerada, dijo:

-¿Nos vamos, bella dama?

Sobre amor y otras enfermedades crónicas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora