Resignación

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8. Resignación.

Sin ninguna otra esperanza, se encontraron sopesando el consultar instancias más "oficiales". Primero, confesaron a los padres de Tom con la expectativa de que ellos supieran algo sobre el ritual, pero la declaración no funcionó más que para enviar un mensaje a MoonButterfly.

—¡¿Cómo se les ocurrió jugar con la Luna Roja?!

La reina de Mewni estaba fuera de sus casillas, el suave ceño fruncido apuntándolos con saña.

—Mamá, no fue nuestra intención. —Star intentaba excusarse, el rostro de cachorrito desamparado no ablandó a su madre.

—Pero lo hicieron. Y tú, jovencito...—Moon apuntó a Tom. — A la Reina Wrathmelior no le notificaste sobre una fiesta ese día, ¡el baile de la Luna Roja no es una fiesta de adolescentes!

Pocas veces Moon Butterfly gritaba. Para su sorpresa, esa era una de esas pocas veces.

—¡Surgió a último minuto!—Tom intentó excusarse, escudándose tras la figura de su novia.—No pensaba unir a nadie.

Mentiras, viles mentiras.

—Querida, no creo que alterarse sea la solución. —River tocó el brazo de su esposa para calmarla. Ella asintió, intentado recobrar la compostura, enderezó el porte y se dirigió hasta Marco, inclinándose con tanta delicadeza que parecía no querer asustarlo.

—Marco, cariño. —Ella susurró, su rostro preocupado removió en Marco la inquietud que había suprimido todo ese tiempo. ¿Estaba la situación lo suficientemente mal como para que la Reina lo tratara así?—Tus manos, por favor. —Marco dudó antes de extender sus brazos a la reina, ella los descubrió con la misma delicadeza con la que recitó sus medidas palabras. Por su expresión, intentó no mostrar la sorpresa que le embargó al ver los brazos manchados de Marco con grandes moretones, pero sus ojos delataron algo del sentimiento en su rostro.

—Debemos hablar con la Alta Comisión de Magia, esto no es algo que pueda resolver.

Rosas en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora