Capítulo 5

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3 meses después...

Pues a decir verdad, desde la última vez, las cosas han mejorado. Louis come cada día sin falta y si quiere devolverlo, Edward lo obliga a que no lo haga.

Ya no tiene tantos problemas con su tristeza, porque Zayn y Niall se encargaron de meterle en la cabeza que el problema en la separación de él y Harry. No fue su culpa, porque el problema fue Harry.

Claro que seguía mal pero ya no tanto y se enorgulleció de si mismo pues hizo, en dos meses, lo que no pudo en más de tres años. Sin duda alguna, una pequeña chispa de felicidad genuina comenzaba a surgir en el castaño y eso era algo, literalmente, hermoso para Edward, Zayn y Niall.

Hoy Edward debería ir al pediatra para su revisión y, raramente, estaba emocionado y para el castaño era bueno porque no tendría que sobornarlo después o algo por el estilo.

Ambos se alistaron y salieron, el consultorio si bien estaba lejos ellos preferían ir a pie.

...En realidad iban a pie porque a Louis se le olvidó llenar el tanque de su auto y ahora no tenía gasolina. Edward no se opuso porque le gustaba caminar con el mayor, sobre todo, el helado de compensación que recibiría después de su consulta.

—¿Mami?

—Dime, cariño.

—¿Mismo doctor?

—Si, después de todo es al único a quien no le mordiste la mano al intentar revisarte.

—Accidente.

—Al primero, tal vez. Pero no puedes tener ese mismo accidente con 10 doctores, ahora no les agradamos.

—Lo siento, mami.

—Neh, ellos me daban miedo a mi también. No te preocupes ¿si, amor?

—¿Ellos asustar mami?

—Si, pero ahora ya no los vemos. No hay lío pero, por favor, Ed. A este doctor no le muerdas ¿si? Porque éste es el único hospital cerca de casa.

—Esta bien, mami.

El castaño sonrió satisfecho y siguieron caminando, una vez ahí esperaron a ser llamados. Lo cual no tardo mucho pues habían llegado 5 minutos antes de la hora de su cita.

—Lou, Ed. Ya pueden pasar.

—Gracias, Christen.

Christen era una chica de 26 años, tenía el cabello rubio y unos ojos grises realmente hermosos, también se llevaba bien con ella porque, al igual que él, ella era omega. También era la enfermera favorita de ambos, y bueno también su amiga. Ella siempre se encargaba de ambos cuando sucedía algo, a Louis le recordaba a Lottie.

Ambas se parecían demasiado y eso en un principio a él le afectaba bastante, pues era como sentir a Lottie cuando lo obligaba a ir al médico o cuando no dejaba de insistir  para sacarle la información que requería.

Ambos eran amigos, no muy cercanos pero si se tenían confianza, ella sabia la historia del castaño, a excepción del nombre de Harry, y desde ese día se hicieron amigos además de que, Christen, también fue a la única enfermera que Edward no mordió.

Entiendan al pobre, le gustaba morder a las personas que le daban miedo. A decir verdad, los mordió porque le asustaban a él y a su madre. Por ende no es malo morder a quien asusta a quien amas ¿no? Él estaba defendiendo del miedo a Louis, se consideraba un héroe, que mordía, pero héroe al final.

Christen comenzó a guiar a Louis y Edward hacia el consultorio mientras hablaban de cualquier cosa, de paso Louis no soportaría la mirada fea de los doctores que su hijo mordió, pero entonces ella recordó algo importante, sobre todo para Edward.

—Se me olvidaba decirte algo, Lou.

—¿Pasa algo?

—El Dr. Sanders tuvo un viaje de emergencia y dejó a cargo al sobrino de su esposa.

—¿También es pediatra? ¿Tiene esposa? ¿Desde cuándo? —Se sorprendió el castaño.

—Su sobrino, obviamente es Pediatra. El Dr. sanders no dejaría a cualquiera en su lugar. Si, tiene esposa desde hace 20 años. ¿No lo sabías?

—Pues la verdad, no. Pensé que era un hombre solitario.

—Nop, tiene a su esposa. Se llama Lena, es muy bonita y amable, pero es bastante celosa con el doctor. —Ambos rieron.

—Debe serlo. ¿Y tú, Christen?

—¿Yo qué?

—¿Encontraste a tu pareja? —Preguntó curioso.

—Pues... Si... —Se sonrojó y Louis pensó que se veía tierna. Aunque también se sorprendió.

—¿¡Y cuándo pensabas decírmelo, rata de dos patas!?

—¡Deja de decirme “rata de dos patas”, por Dios! Y recién lo conocí hace una semana.

—Yo te digo rata de dos patas cuando quiera porque ese es tu apodo. Y ¿cómo es? ¿es lindo? ¿te trata bien o Edward debe ir a morderlo? —Ambos rieron por lo último.

—¿A quién morder, Chris? —Preguntó Edward.

—A nadie, cariño. Tu madre solo exagera las cosas. —El pequeño asintió y volvió a acomodarse en los brazos de su madre.

—Antes de volver a olvidarlo, Louis. El sobrino del Doctor es...

—Es... Un hombre ¿verdad?

—No, Louis. Es una mujer. —Habló con sarcasmo.

—Pero dijiste sobrino y... ¡Hey! No me hables con sarcasmo porque nunca lo entiendo.

—Me acabo de dar cuenta. —Rió un poco.

—Acaba de hablar, rata de dos patas.

—Enano. En fin, te decía. Su sobrino es bastante guapo y es joven, tiene dos años mas que tú.

—¿Y yo para qué mierda-

—¡Mami, no hables así! —Regaño Edward con sus cejas fruncidas y un leve puchero.

—Perdón, amor. —Le besó la punta de la nariz haciéndolo sonreír y volvió a mirar a la rubia. — No necesito saber eso, Christen.

—Solo decía. Pero ¿sabes? es una buena persona y le gustan los niños, por lo tanto, dudo que Ed le muerda o algo por estilo.

—Pues supongo que está bien, entonces.

Después de haber subido los 3 pisos por las escaleras porque Edward no toleraba el ascensor, llegaron al consultorio y Louis empezó a sentir un olor muy conocido para él.

—¿Louis, estás bien? —Ella y Edward se preocuparon.

—¿Chris?

—¿Qué sucede?

—¿Có-cómo se llama e-el doctor? —Preguntó mientras ella abría la puerta.

—Se llama Harry Styles.

Azul y verde volvieron a encontrarse.

I'm in love with you  »» Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora