Capítulo 11

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—Harry ¿Cómo conseguiste una reservación aquí?

Harry frenó en secó y, de no ser por tener los cinturones puestos, Edward y Louis se hubieran chocado con algo.

—¡Harry, conduce bien!

—¡Lo siento!

—¿Amor, estás bien?

—Si, mami. ¿Tú bien?

—Si, no te preocupes. ¿Harry, qué sucede?

—Em... Nada.

—Algo ocurre, dímelo.

—Yo... Olvidé las reservación.

—¿¡Y cómo rayos planeabas entrar!?

—¡Mami, no hables así!

—Perdón. Responde, Styles.

—Lo siento, lo olvidé por completo. Pero hagamos otra cosa. Vamos... Vamos a McDonald's.

—¡Siiii, quiero cajita feliz!

—Bien, entonces. Conduce que tengo hambre.

Harry asintió y comenzó a conducir hasta el McDonald's mas cercano y apenas llegaron pidieron tres cajitas felices. Louis y Harry pidieron eso para darle el juguete a Edward.

Se quedaron ahí comiendo en un silencio cómodo y el primero en acabar fue el menor y se puso a jugar con los tres juguetes mientras los otros seguían comiendo.

Harry perdiéndose en el azul de los ojos de Louis y él perdiéndose en el verde de los ojos del otro.

—¿Mami?

—Eh, dime. —Edward se acercó al oído de su madre.

—Te quiero mucho, mucho, mucho. —susurró.

—Yo también. —volvió a susurrar, Louis.

—Me siento excluido.

—Lo siento. —Edward bajó del asiento y fue a abrazar a su padre.

—Te quiero, pequeño.

—Yo también, papi.

Harry sonrió y volvió a abrazar a Edward. Louis, por otro lado, miraba maravillado esa escena. Hace mucho había deseado el poder estar así y ahora que realmente estaba pasando, se sintió completo.

—¿Te gustaría ir al parque, Ed?

—¡Siii!

—¿Te parece bien, Boo? —Louis se sonrojó ante ese apodo y asintió.

—Entonces vamos.

Se levantó y cargó a Edward sobre sus hombros, después, se acercó a Louis y le tomó de la mano para salir de ahí. Después de un poco de tiempo de estar conduciendo, fueron a un parque un poco alejado pero a la vez muy bonito.

Edward volvió a jugar con sus juguetes mientras los otros dos se quedaban sentados, Harry sin apartar los ojos del castaño.

—¿Lou?

—Dime.

—En verdad, te amo.

—Yo nunca deje de hacerlo.

Harry sonrió, corroboró que Edward no los viera y se acercó a Louis para besarlo. Al principio, el castaño se sorprendió pero ambos se necesitaban y no solo por el hecho de ser predestinados.

Ambos se habían acostumbrado a tener al otro cerca y eso era algo que nadie iba a poder cambiar, ni siquiera la distancia que tuvieran. Ambos se complementaban, ambos eran dos piezas que nunca podrían separarse.

—¡No veo, no veo!

Eso los hizo separarse y Louis bajó la mirada totalmente sonrojado, mientras Harry simplemente reía y se levantaba a comenzar a correr atrás de Edward. Después de unos minutos, Louis se levantó y corrió hasta alcanzar a Edward y lo cargó en sus hombros.

—¡Alcánzanos, si puedes! —Gritó Edward.

—Ahora verán. —Susurró Harry antes de seguir persiguiéndolos.

Se quedaron ahí por un par de horas. Corriendo por todo lado, cayéndose o incluso siendo aplastados por el ojiverde. Cuando se cansaron, se recostaron sobre el pasto con Edward al medio y miraron las estrellas hasta escuchar unos leves ronquidos.

—Vamos a acostarlo al auto, quiero que demos un paseo tu y yo ¿si, Lou?

—Esta bien, pero no muy lejos.

Harry cargó a Edward y lo acomodó en el asiento del auto, lo tapó con una cobija que tenia ahí por si algún día se quedaba en su auto y volvió donde estaba Louis.

Lo tomó de una mano y entrelazó sus dedos mientras comenzaban a caminar no muy lejos. No tenían nada que decir, porque después de todo, solo se necesitaban juntos.

—Louis.

—¿Mhm?

—Perdóname, por todo.

—Harry... Yo te perdoné desde el primer momento. Me dolió, no lo negaré pero mi corazón y mi omega sabían que había sido por algo. Ambos los extrañamos, no sabes cuanto. Pero Edward... Él fue la razón por la cuál decidimos esperar un poco y no dejarnos morir.

—Te hice mucho daño. No fue mi intención, sé que debería haber luchado por ti, por nuestro amor. Fui un cobarde y no sabes cuán arrepentido estoy, quiero arreglar las cosas y si tú me das una oportunidad, te juro que haré cualquier cosa hasta lograrlo. ¿Me darías una oportunidad, Lou?

—Sólo una, porque si me fallas otra vez ya no habrá mas oportunidades. Tal vez, ya ni siquiera este aquí.

—No, no digas eso. Tu estarás conmigo siempre mi hermoso, omega. Estarás con nosotros y seremos esa familia que siempre deseamos.

—Si, aquí estaré.

—Gracias, cariño. Por todo.

Louis no resistió mas y se acercó a Harry para poder besarlo. No era un beso con dobles intenciones. No era un beso con el que deseaban volver a entregarse al otro, no.

Era un beso, lento pero que expresaba todos sus sentimientos, expresaba cuanto se habían extrañado. Pero principalmente.

Expresaba amor.

Se separaron con una sonrisa y volvieron a besarse, alfa y omega habían vuelto a encontrarse. Azul y verde volvieron a fusionarse, una promesa volvía a cellarse ese día.

Pero... ¿Cuánto duraría? o ¿Cuánto podría aguntar el omega tan pero tan débil de Louis?

I'm in love with you  »» Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora