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Harry cumplió los veinticinco años y debe admitir que habían cambiado muchas cosas. Por ejemplo; en algún momento de la Segunda Guerra Mágica, no tiene muy claro cuál, le mordió un vampiro.

Sí. Un vampiro.

Él estaba inconsciente, pues si no el vampiro no se habría atrevido a morderlo. De seguro el muy gilipollas creía que sería divertido experimentar, pues jamás en la historia de la magia había habido un vampiro mago. Claro que existe una especie de vampiros poco comunes, que frecuentan parte de Europa y América en su mayoría, que presentan un don especial.

Está registrada una mujer en América del Sur que puede hacer que veas todo lo que ella quiere que veas, y tú ni siquiera sabes que te está embrujando.

El caso es que como él era Harry Potter no podía pasar sus diecisiete años sin que le pasase algo especial, más especial todavía que la guerra en sí, así que un vampiro lo mordió.

Pero no murió. De hecho, se volvió inmortal. Por eso mismo no se lo dijo a nadie, todo el mundo creía que estaba así de pálido y tan guapo por que cumplió los dieciocho y se le despertó del todo la herencia mágica de sus padres. Si le decía a alguien que se volvería inmortal con solo la mordida de un vampiro, y que seguiría vivito y coleando, y que su magia se volvería más resistente, todo se volvería un caos de inmortales.

La razón principal para que los magos no se dejasen morder por vampiros era la desconfianza ¿Qué te garantizaba que no te mataría? Pero a Harry el vampiro no lo mató (aunque Harry mató al vampiro después) y se le podría poner un imperio al vampiro, en caso de seguridad.

Otra razón era la alimentación ¿Cómo podrías vivir miles y miles de años si sabes que tendrás que hacerlo matando a otros? Pero Harry descubrió poco después de su transformación que podía vivir a base de sangre animal, e incluso, descubrió que ¡podía seguir comiendo comida! Un día Harry probó la sangre humana, de hecho, fue por puro accidente, y descubrió que podía detenerse cuando quisiese ¡No tenía la necesidad de beber su sangre! Sí, sabía mejor que la sangre animal, pero era como un helado, una comida que sabe deliciosa, pero que con facilidad puedes rechazar si no te apetece, o dejarla si ya no quieres más. No tenía que matar gente para sobrevivir.

Otra razón era la luz solar ¿Vivirías durante los tantos años que vivas, escondido en la oscuridad? Pero Harry podía salir a la luz y no le pasaba nada. De hecho, cuando despertó siendo un vampiro era de día, por lo que le costó un poco descubrir qué era lo que le había pasado, y cómo es que veía tan bien sin sus gafas o cómo es que era tan rápido y fuerte, o cómo es que sus sentidos parecían aumentados a límites inimaginables. Tampoco entendía cómo es que recordaba cosas que antes había olvidado, se sentía como si tuviera memoria eidética, aun antes de convertirse, al contrario de los vampiros, otra razón para no decirle a nadie lo que era.

Otra de las razones era el dolor, pues todos sabían que para convertirse en vampiro uno debía sufrir un dolor peor que los Crucios, y nadie quiere sufrir eso, menos todavía a voluntad ¿cierto? Pero Harry se pasó toda su transformación inconsciente, así que ni siquiera sabía si había o no sufrido algún dolor. Además, Harry tenía sangre en sus venas. Su corazón latía.

Al final Harry sabía que no debía decirle a nadie su condición, ni siquiera a Hermione o a Ronald.

Harry, para que nadie notase que no envejecía, se mudó a París (Otra cosa que descubrió es que aprendía con mucha más facilidad, y aprendió el idioma en pocas semanas)

Mantuvo contacto con todos por chimenea dos años, luego eso se terminó, pues empezaron las preguntas cuando empezó el año 2000. Siguieron escribiéndose por tres años más, cada vez menos frecuentemente, hasta que las cartas pararon con torpes excusas. Con el único que mantenía correspondencia, era con Draco, cosa que le sorprendía hasta a él, pues se habían convertido en grandes amigos.

Y así fue como pasó los años, él seguía aparentando diecisiete y los demás ya aparentaban sus veinticinco años, aunque Draco decía que Ronald parecía tener cuarenta (tenía un poco de verdad) y que él parecía aún de veinte, eso le causaba gracia.

Aun con todo eso le gustaba su vida, aunque extrañaba un poco de acción en ella.

Harry Potter y un Crepúsculo InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora