7.

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En la Playa de los Quileute

Jacob estaba relativamente contento. Le habían explicado lo que era y por qué le había pasado lo que le había pasado. Pero todavía tenía dudas.

- Pero... ¿quién era el lobo blanco? – cuestionó con impaciencia.

- ¿Lobo blanco? Sería un lobo normal, Jacob. No tenemos ningún lobo blanco en la manada – indicó el jefe de la manada, Sam Uley.

- Que yo sepa, no existen lobos normales del tamaño de coches – gruñó el niño de dieciséis años.

Sam frunció el ceño, confundido.

- Además, me pasó algo extraño con el lobo blanco, cuando lo vi a los ojos; sentí como si todo girase alrededor de él, fue genial – suspiró enamorado el chico.

- ¿Qué? ¿E-el lobo era m-macho? ¿Estás seguro? – preguntó sorprendido uno de sus mejores amigos Quil Ateara.

- Sí... o, bueno, eso creo. Si, era macho, no sé, algo me lo dice – respondió -. Lo malo pasó después, cuando noté que tenía una serpiente en su cuello, y no les miento, era la serpiente más grande que había visto en mi vida.

- ¿Una serpiente? – preguntó esta vez Embry Call.

- Sí, gigantesca. Entonces yo me le lancé encima para intentar quitarle la serpiente del cuello pero, se los juro, desapareció – siguió su relato Jacob.

- ¿La serpiente? – cuestionó con duda Emily Young.

- No, ambos. Desaparecieron de mi vista, aunque debo decir que vi unas plantas moverse por donde había llegado al final de mi transformación, y seguía su olor en el aire, pero no sirvió de nada, porque me parece que ocultó su rastro, pues no pude seguirlo por más de treinta metros – terminó de hablar Jacob -. Espero que esté bien, no he podido dejar de pensar en él y esa serpiente. Me ha tenido preocupado todo este tiempo.

- Me parece, Jacob, que has imprimado con un desconocido, y con un chico, además – se rió Quil.

- ¿Qué es imprimar? – cuestionó inocentemente.

- Quil, eso es imposible, siempre se escoge una pareja con la qué procrear, si no, no se puede imprimar – riñó Sam mientras Leah se encogía con dolor ante tales palabras.

- ¿Qué quiere decir eso? Ya va ¿Y qué es imprimar? – preguntó cada vez más angustiado Jacob.

- Imprimar es como enamorarse instantáneamente, es encontrar a tu alma gemela, tu media naranja y todo eso. Aunque nunca había oído de que un Quileute se imprimase con otro hombre lobo, macho – anunció Embry.

Jacob no dijo nada solo se quedó sentado en la silla de la cocina de su casa con cara de shock y todos los de la manada de Uley a su alrededor.

- ¿A Jacob no le gustaba Bella?

- Eso dijo, quizás solo era para despistarnos con respecto a sus gustos.

- Eso es ridículo ¿nunca lo has visto al lado de Bella? Parece que se hubiese puesto borracho, tropezándose con todo y sin saber en ningún momento de qué coño está hablando.

- Eso es cierto, quizás solo es bi, y ya.

- ¿¡Quieren callarse de una vez por todas!? ¡No soy gay! ¡Ni bi! ¡Ni ninguna otra cosa que no sea hetero! – gritó Jacob, sofocado ante tantas conjeturas.

Todos le miraron como diciendo "¿Es en serio?"

- Eso no es lo que dice tu imprimación, Jacob – Quil le tocó el hombro intentando consolarlo de algún modo.

- ¡Mi imprimación no dice nada, porque, en definitiva, no estoy imprimado, no todavía! – se alteró levantándose a la velocidad de la luz de su asiento, quitándose de encima la mano de su amigo.

- ¿Me vas a decir que ninguna parte de ti está pensando en el lobo blanco justo ahora? – le preguntó Emily, dudando de sus palabras.

- ¡¡NO!! – gritó Jacob furibundo. A saber si con él mismo o con sus amigos.

- Bueno, Jacob, esta vez no puedo defenderte ¿O acaso se te olvidó que cuando tenías seis años me pediste matrimonio? Aún guardo mi anillo de compromiso – se rió Quil a costa de su amigo.

- ¡Oye, a mí también me lo pidió cuando tenía seis! – se indignó Embry -. ¿A cuál de los dos se lo pediste primero? – frunció el ceño hacia Jacob -. A mí ¿no es así?

- Pero serás idiota; nos lo pidió a los tres al mismo tiempo – le regañó Quil.

- ¿Cómo que a los tres? ¿Quién era el tercero?

- Seth, que tenía cuatro en ese tiempo ¡Se sonrojó un montón! Pero entonces llegó Bella y nos quitó a nuestro prometido – hizo pucheros Quil.

- ¡Se-seréis gilipollas! ¡Ca-callaos ya! – se quejó Jacob a gritos, sonrojado al máximo -. ¡Volviendo al tema de antes! Lo que tengo que hacer es ir al instituto de Bella e imprimarme de ella ¡Iré ahora mismo! ¡Y así veréis que estáis todos equivocados! – cuando estaba ya en la puerta se giró y les gritó -. ¡Soy hetero! – y salió de la casa.

Quil y Leah se miraron el uno al otro.

- ¿Negación?

- Negación.

Jacob se había transformado en su forma animal e iba a toda velocidad hacia el instituto de Forks pensando "no pienses en él, no pienses en él, no pienses en él..." claro que sin lograrlo, porque cada dos por tres estaba "¿La serpiente le habrá mordido? ¿Estará bien? ¿Habrá ido al hospital o su familia le ayudó con las heridas? O, en otro caso ¿Pudo con la serpiente él solo? ¿La habrá matado? Era muy grande..."

"Mierda, debo encontrar a Bella, rápido"

Solo le faltaban tres metros cuando se destransformó. Al llegar al linde del bosque se dio cuenta de que había mucha gente en él. Y que todos estaban mirando hacia un coche gris de alta gama que había al otro lado del estacionamiento. De él estaba saliendo un pelinegro realmente hermoso del lado del copiloto. En ese momento sintió lo mismo que con el lobo, pero con el lindo chico moreno. Y cuando vio cómo se abría la puerta del piloto su atención se volvió hacia el hermoso rubio que salía por ella.

- Joder...

Harry Potter y un Crepúsculo InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora