-Capítulo IV-

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> P.O.V Narrador omnisciente

Era una bella tarde donde todos estaban relajadamente sudando bajo el sol mientras hacían footing, después de todo tenían que entrenar algo la resistencia.

Un peliceleste y uno con gafas parecían estar más lejos de la manada de jugadores de baloncesto, aunque eso sí, el segundo mencionado estaba más exaltado que el primero, este permanecía tranquilo, aunque le costara correr, aún teniendo a uno detrás suyo pidiendo que vaya sin distraerse.

—¡Va, Kuroko! —decía Hyuuga corriendo con un poco más de prisas, después de quince minutos se cansaba ir a paso de Kuroko y no llegar al punto que quería para el entreno—, ¡un poco más de prisas!

—Hyuuga-senpai, no puedo más —Entre suspiros y pequeños jadeos, Kuroko corría algo más rápido que su velocidad normal—. ¿Sabe que no es necesario vigilarme todo el rato?

—¿Que no? ¡El otro día me despisté por dos segundos y ya estabas tumbado en el suelo pidiendo un batido de vainilla! —el mayor suspiró cerrando los ojos, tomó la botella de agua y comenzó a beber mientras notaba que sus pulsaciones iban más lentas que cuando duerme, cansado de aquello, abandonó la idea—. ¡Kuroko, date prisa!

Pocos segundos después de ver a Hyuuga avanzar hacia delante, Kuroko paró en seco y apoyó su cuerpo sobre sus rodillas. Fue lentamente hacia la fuente y sorpresivamente se encontró con cierto rubio que hace tiempo que no se veían.

—¡Kurokochi! —exclamó este con su usual alegría.

—Kise-kun. —Un seco esquivón hizo a Kise hacer un movimiento mega amistoso con el suelo.

—Mo~ Kurokochi, ¿estás de entreno?

—Sí, supongo que Kise-kun también. —El peliceleste bajó la cabeza con tal de beber del chorro de agua que salía de la fuente, Kise de mientras iba con una toalla colgada en el cuello e intentaba secarse la sudor de la frente. 

—No exactamente, pero sí. Vinieron todos diciendo que iban a dar una vuelta por aquí, por ello terminamos corriendo ya que senpai se enfadó con nosotros. —Dice como si fuera lo más normal del mundo, indicando claramente que es algo que suele ocurrir en Kaijo.

Mientras tanto, en la azotea de una preparatoria cerrada, una pelirrosa y un peliazul mantenían un serio silencio confortador, siendo este interrumpido por el segundo.

—Oi Satsuki —la llamada giró su mirada hacia el chico moreno que tenía al lado—, ¿qué piensas sobre lo que puede ocurrir en las siguientes partidas?

—¿Con...?

—Seirin. —Suspiró, a sabiendas la pelirrosa debía saber que su preocupación era ese equipo, y además lo pregunta.

—Ohh, claro, Seirin. —Momoi respiró con tranquilidad balanceando sus piernas en el aire—, supongo que... bien.

—¿A qué te refieres con bien?

—Al bien que Tetsu-kun se referiría. —Sinceró ella, con toda la tranquilidad.

—Entiendo... —Pocos segundos después, tras tumbarse de nuevo vagamente en el suelo, suspiró con pesadez—. Entonces, ¿a qué te refieres con ello?

La pelirrosa pegó su mano en su misma frente, no puede ser más idiota.

—¡Bien, dos vueltas más! —sonidos de bambas recorriendo una y otra vez el gimnasio resonaban con más fuerza y ritmo al paso del tiempo, el pelirrojo con baja estatura iba con el silbato y por poco parecería un profesor de Educación Física de los que te piden setenta sentadillas y tres minutos de plancha lateral.

Solo una vez más - AkaKuro (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora