-Capítulo X-

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—¡Aomine-kun, Kise-kun! —Fue corriendo hacia ellos cuando los vio girando por la calle donde él estaba. Estos lo notaron y vinieron con la misma velocidad—. Creo que ya sé dónde está Akashi-kun.

—¡¿En serio?! ¡¿Dónde?! —Kise preguntó reflejando cierta alegría en su rostro, por fin una noticia que es buena.

—Síganme, por favor. No hagan nada fuera de lugar como dijo Momoi-san —No cuestionaron la decisión de este, siguiéndole a paso rápido. Ellos sí eran notables por los demás, mientras que Kuroko parecía un fantasma andante. Por lo tanto, fueron con algo más de cuidado. 

Después de pocos segundos, Kuroko paró y señaló una casa en concreto.

—Es esa, la que pone Yamagawa y tiene dos guardias en la puerta. Nada sospechoso —Dijo con cierta ironía en su voz, los otros dos se pusieron justo detrás de una pared, en posición de espía. Pero eso recibió una mirada crítica de Kuroko, como si fueran extraños que él no conoce—. No sé qué deberíamos hacer, pero estoy seguro de que Akashi-kun está allá.

—Pero... Es una casa cualquiera, ¿no? ¿Por qué piensas que Akashicchi está dentro?

—Hoy preguntas mucho estúpido Kise. Lo sabremos si entramos... —Aomine salió del rincón y se echó a correr hacia la casa, el peliceleste al darse cuenta ya era muy tarde. El moreno no parecía ser el mejor actuando según lo previsto.

—¡...Le dije que no hay que hacer nada fuera de lugar! —Tras una, no muy fuerte, exclamación, con un pensamiento de o se arriesga o pierde, siguió el paso del moreno. Kise aún estaba parado, sin saber qué hacer. Lo primero fue coger el teléfono y llamar a Momoi, avisando de la situación mientras llevado por el pánico; corría. 

Los tres llegaron al final delante de la casa sin mucho esfuerzo, los guardias los miró de arriba a abajo. Ambos bandos estaban callados, esperando el próximo paso del otro. Uno de los guardias al parecer era algo impaciente, preguntándoles que qué hacían allá parados.

—Estamos buscando a- 

—A Yamagawa-san. ¿Está en casa? —Interrumpió Kuroko a Aomine, este lo miró medio confundido, al igual que el resto de la gente presente, incluyendo cierta sorpresa en el caso de los desconocidos por no notar la presencia del peliceleste antes. El otro guardia llamó al timbre y preguntó en voz baja, aunque se le oía por la cercanía de estos. Tras asegurarse, este se giró y dirigió su mirada a Kuroko.

—Puede entrar usted, los demás se quedarán afuera. 

*

Los minutos pasaron, pero a contrario de estos, nada más pasó. Kuroko entró a la casa, observando el entorno que era sutil pero con suma elegancia, le dio cierta sensación de estar en el hogar de alguien importante. Se sentó en el salón a la espera de que alguien le atendiera, claro está que fue llevado por el guardia. Esta habitación está decorada con sencillez, hay dos cuadros colgados que a simple vista se notan que son caros. Ante tal influencia que trae la casa, Kuroko tan solo puede quedarse quieto y sentado al lado de la mesa.

Por más que quisiera levantarse y así buscar a Akashi.

Estaba por ir a ver si estaba el pelirrojo, y echarse a correr si no estaba, cuando de repente aparece Jin por el otro lado de la puerta.

—...Kuroko-kun —saludó con un leve movimiento de la cabeza, parecía estar nerviosa o avergonzada de ella misma. El sentarse torpemente dejaba en obviedad su incomodidad por la presencia del peliceleste—. ¿Qué le trajo a mi hogar?

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2020 ⏰

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Solo una vez más - AkaKuro (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora