Al dejar mi huella marcada volvió a guardarlo donde principalmente estaba, me agarró de nuevo por la cintura dirigiéndome hacia la puerta para marcharnos al fin.
-Ahora que todo está listo nos iremos a casa, mañana será otro día, empezarás tu nuevo trabajo, tendrás una sesión de fotos con colaboradores profesionales, saldrás en portada de revistas y carteles anunciando una nueva marca, tanto de ropa como de joyas-su mano iba bajando hasta uno de mis glúteos apretándolo un poco como si no pasase nada.
-¡¿Una sesión de tanto?! N-no puedo representar...ahh...ya...para...-mi rostro se encendió un poco mirando a otro lado por su acción.
-No protestes, te dije lo que tienes y ya está, alégrate de que te voy a conseguir lo mejor, sino no harás nada de trabajo, pero por eso no te preocupes que ya me encargo yo de que todo funcione-lo seguía agarrando y masajeando mientras me ruborizaba más.
-Esta...bien...p-por favor...te pido que...fuera no...-me puse algo tensa hasta que llegamos dentro del coche caminando un poco más rápido.
-Entonces aquí todo lo que yo quiera según tú, esta vez te perdonare y me comportaré por ser tu primer día, pero que sepas que una de las normas es donde yo quiera y piense oportuno-me sentó encima de su regazo, metió la mano en uno de los compartimentos y sacó una cinta-extiende tus muñecas, ahora-dijo con un tono grave y penetrante de nuevo con su expresión seria.
Después de un poco de silencio, algo tímida las puse juntas en frente suya mientras miraba cómo me las ataba bien apretadas para que no pudiera escapar, alzó mis brazos y colgó un nudo en un enganche incrustado en el coche dejándome expuesta.
Me atreví esta vez a mirarlo a los ojos comenzando a jadear levemente por mi situación. Sus manos empezaron a bajar por mi espalda y sus labios rozaban por mi cuello dando de vez en cuando algún que otro beso con suavidad incluso por mi escote bien bajo.
Mi cuerpo comenzaba a encenderse subiéndome la temperatura corporal junto con el pulso cardiaco, además de acelerar la respiración con algo de trabajo. Sus dedos acabaron masajeando y apretando por debajo del vestido mi parte trasera suave y delicada. Poco a poco daba lamidas por mi garganta a la vez que algunas mordidas.
No podía parar de retorcerme apretando mis ojos y labios para no hacer ningún sonido, pero no podía evitar alguno que otro profundo un tanto agudo y suave. Todo esto continuaba hasta que el coche se estacionó en su casa.
-Vaya que pena yo quería haber seguido, no te dejé marca por la sesión de mañana pero pienso hacerlo, eres muy blandita y estas deliciosa, tanto como una fresa con champán, estoy deseando probarte de verdad-sacaba su malvada sonrisa con sus ojos estrechos y así me quitó la cinta de las manos con cuidado.
Mi cuerpo aún estaba alocado por el calor de lo que había sucedido. Me cogió en brazos como una princesa y me cargó hasta dentro.
-Bienvenida a tu nuevo hogar mi pequeña sumisa.
Al ver aquello era tal y como él dijo, espacioso pero sencillo, con los muebles modernos y simples, en el centro una pequeña mesa ovalada, rodeada por un gran sofá con reposapiés y en frente una pantalla de plasma. En una de las esquinas había unas escaleras que subían a la planta de arriba, en la otra un piano de cola de la mejor marca y detrás del sofá, en la pared una compuerta que daba a la gran cocina.
-Esto es...increíble... ¿sabes tocar el piano?-estaba pasmada admirándolo todo como si jamás hubiese visto cosas así.
-No, lo compré para ti, también tendrás que componer canciones o ensayar, y pensé que te sería más cómodo si tuvieras uno en casa.
-Ah...yo...no sé qué decir...tan repentino...me va a tomar días asimilarlo...
-No hace falta que digas nada, ahora a descansar, debes estar agotada, ya en la mañana te darás un baño- me llevaba calmado a su habitación subiendo por las escaleras.
Esta tenía una gran cama de matrimonio con las paredes en gris perla, una silla al lado de un vestidor y en el otro lado un cuarto de baño completo. Me posó en la cama dejándome sentada en el centro y se dirigió al vestidor cogiendo ropa para mí.
Yo estaba sin decir nada, pues no quería provocarlo otra vez y además estaba cansada. Me quitó con mucha delicadeza el maquillaje con una toallita especial y quitó mi ropa excepto la interior, por un momento me tapé con los brazos pero tras ver su mirada los aflojé desviando la mía.
-Yo puedo vestirme sola...
-Pero yo no quiero. Aún creo que no te lo dije, cuando estemos en el trabajo me llamarás señor, pero cuando estemos en casa o fuera será amo, ¿entendido?-siguió poniéndome un pijama suave de pelito con botones de color celeste junto con unos calcetines iguales.
-Sí...-simplemente dejaba que manejase mis miembros para que no le costase trabajo.
-¿Sí qué?-con su diestra alzo mi cabeza hasta que nuestros ojos se encontraron, pero yo volví a apartar la vista-mírame-dijo algo más agresivo.
-S-sí...amo...-me encogí un poco mientras lo miraba de nuevo por su orden.
-Así me gusta-tumbó mi cuerpo y me tapó con varias mantas por el frío que hacía, puso el aire caliente y comenzó a cambiarse-duerme, mañana será otro día princesa.
Al terminar sus palabras, por lo agradable que se estaba, mis párpados se caían por el cansancio acumulado dejándome en un profundo y sutil sueño.
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Secreto de... Shhh
Teen FictionSu pasado oscuro será revelado por ese hombre que apareció ante ella para "salvarla" de su actual vida desastrosa después de caer en picado en el mundo del espectáculo. Parece no poder escapar de sus garras, pero los motivos están por llegar mientra...