Hora de movernos
Me recuesto. Dalet, Bet y Gimel están al otro lado del remolino. Después del extraño comportamiento de Bet, Dalet había llegado a separarnos. Pero estaba acabando conmigo. La actitud extraña de Bet desapareció al mismo tiempo en que Dalet llegaba a nosotros pero no paraba de pensar en ello. ¿Qué era eso de la otra mitad? Había oído muchas historias sobre el mundo anterior gracias a mi abuela, pero no sabía mucho sobre las antiguas expresiones, al menos no como parecía saber Bet. Me levanto de vuelta incómoda por la ropa que me empieza a asfixiar y entonces el remolino se detiene. Me pongo de pie sacudiéndome la arena de las ropas y aún débil por la falta de alimentos de los últimos días avanzo hacia donde se encuentran los demás, justo cuando llego a su lado la arena baja por completo y hay dos figuras en el centro del desastre que había dejado atrás el remolino. Miran el suelo. Ambos tienen el cabello oscuro, muy blancos, y sus ropas son iguales. Mi pecho golpeteaba con fuerza. No parecía poder distinguirse cuál de ellos era un chico o una chica. Y entonces levantan su mirada, sus ojos son negros, profundos y nos miran fijamente. Avanzan lentamente hacia nosotros pero ninguno parece inmutarse. Yo, sin embargo, muero por salir corriendo. Bet da un paso al frente y hace un reverencia con la cabeza, Dalet y Gimel lo imitan. Uno de ellos posa sus ojos en mí y me encojo, al igual que con los otros no me siento cómoda.
-¿Quién eres tú?
Su voz es grave, me sobresalto por su repentina interrogante y aclarando mi garganta mientras doy un paso al frente digo.
-Luana.
-¿Quién eres realmente?
Frunzo el ceño incómoda. Su mirada se mantiene en mí y la otra parte me mira rápidamente.
-No lo sabe.
Dice en voz alta y aguda, sé entonces que se trataba de la chica de antes, ambos dejan de mirarme y se vuelven hacia Bet.
-¿Qué nos pasó? -hablan al unísono -. ¿Ustedes por qué nos trajeron aquí?
-¿Por qué me lo preguntan si ya lo saben?
-Bet -susurran -. El primero en despertar de los siete fragmentos. ¿Ha sido duro el trayecto?
-Para nada. ¿Quieren mostrarme sus marcas?
Ambos posan sus ojos en mí y niegan.
-¿Ella no lo ha mostrado aún cierto? -vuelven a negar -. No tenemos que hacerlo si no todos lo hacen.
-¡Yo no...! -me callo de golpe, ¿qué diría? ¿Que Bet me había traído asegurándome ser una de ellos pero que no había sido transformada? Suspiro -No sé qué responder...
-Aún no termina su transformación -asegura Bet encogiéndose de hombros después de darme una rápida mirada -. Sin embargo, ustedes son una historia distinta. Su transformación está completa y, por lo tanto, su nombre también. Muestren sus marcas.
Bet se acerca a ellos y entonces sus ojos se vuelven de un tono gris profundo y retroceden.
-No hay tiempo -hablan rápidamente, pero diciendo exactamente lo mismo del otro, como si fueran una sola mente -. Hay que irnos. ¡Ahora!
Una fuerte brisa nos envuelve y todos nos volvemos, abro mis ojos de golpe. Enormes espectros oscuros vienen en grupo hacia nosotros. Retrocedo y caigo.
-¡Ellos vienen hacia nosotros! ¡¿Qué harem...?! -cuando me vuelvo no había nadie a mi lado, sólo desierto -. ¡¿Oigan?!
Vuelvo a mirar al frente y noto cómo se acercan rápidamente. Están lejos, pero estoy segura que la distancia no es un problema para ellos. Me levanto rápidamente y comienzo a correr en dirección contraria. El vestido del Instituto y el enorme abrigo me hacen más lenta y temo volverme, temo hacerlo y darme cuenta de que estoy acabada. Que ellos me matarán. Tropiezo y con la cara hundida en la arena deseo con todas mis fuerzas que la tierra se abra y me trague.
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Siete
Science FictionEs el año 2145, la humanidad es completamente dirigida por la iglesia Católica después de la cuarta Guerra Mundial, los líderes de todo el mundo han sido asesinados por extrañas fuerzas misteriosas que fueron enviadas por la misma iglesia, traiciona...