Realidad acida.

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Aquí estoy,

volviendo a recurrir a escribir

tres o cuatro versos

que con suerte

leerá una persona.

Eso poco me importa ya.

Solo quiero expresar mis sentimientos

en un mundo

donde el arte se prohíbe

y se es alabado

el maltrato animal.

Donde el simple hecho

de ser mujer me cosifica.

Donde simple hecho de ser mujer

hace que tenga miedo.

Donde el simple hecho de ser mujer

me quita la libertad.

Donde el simple hecho de ser mujer

hace que me violen, idealizen,

humillen

que me maten.

Llegados a un punto en el que

tiranos tienen el control del mundo.

Un punto en el que te encierran

por ser diferente.

Me apalizan por querer

saliendome de los ideales.

En una cultura en la que

mujeres libres somos mal vistas,

somos insultadas.

Dicen que exageramos,

que la igualdad está presente.

No creo estar loca,

No creo que mi miedo

a ser libre, sea irreal.

Por eso lucho,

lucho para ser libre

y aunque me cueste la vida

seguiré luchando

para que otres no tengan

el miedo que en vida tuve.

No quiero darte un tutorial

a ti mujer presa del patriarcado

sobre como no ser violada.

No.

Te voy a dar a ti,

querido hombre rudo,

recuerdo cuando eras un niño

ojalá te hubiera dado esta charla

ojalá no me hubiera reido

cuando levantabas faldas de niñas,

cuando las pegabas inocentemente.

No sabes lo que lamento

no haberte enseñado

el significado de un no,

no haberte enseñado

que a cualquier ser vivo

se le respeta,

que cualquier opinion es valida

ahora que estás ahí,

Tumbado en el sofá,

viendo tauromaquias,

criticando a tu amiga,

esa de la minifalda,

ahora tengo miedo.

Te tengo miedo.

Recuerdo cuando te dije

no la critiques, ella es libre.

Nunca pensé que acabaría

así, después de tantos años.

Yo te perdoné,

nada que no quite el maquillaje.

¿Verdad?

Este infierno siguió,

yo siempre te perdonaba

te amaba cariño.

Recuerdo cuando viniste a casa

borracho, con otra mujer.

Ella al verme se espantó,

huyó de casa.

Yo seguía ahí,

te enfadaste conmigo.

Te arruiné la noche.

Decidiste devolvermela.

Cada golpe me dolió

mucho más que el anterior.

Hubo un punto

nada dolía.

Dejé de ver.

Supongo que

todo se acabó.

Al menos para mí.

Solo espero que me recuerdes.

Hasta tu fin.

Mi vida en versos cutresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora