Yo.

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Y no os quejeis de mi,

bestia sin corazón.

Quejaos de los cazadores

que en momentos de vulnerabilidad

me lo arrancaron,

pedazo a pedazo,

trozo por trozo.

Que incluso ofreciendo lo mejor,

me lo arrancaron.

Planteaos si es a mi o a ellos

a quien debeis llamarlos bestias,

bestias sin alma ni corazón.

Mi vida en versos cutresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora