Out

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La placa policiaca de mi padre brillaba un poco por la luz de sol que entraba por la ventana de la cocina, y el anillo en la mano izquierda de mamá reflejaba la misma luz.

—¿Qué pasa, Dean?— preguntó Sammy agarrando con ansias los tirantes de su mochila. Sentí mis manos sudar, así que las presioné contra mis jeans intentando limpiarlas.

—¿Dean? Cariño, ¿qué ocurre?— susurró mamá con una mirada cariñosa, y vi a mi padre tensarse en la silla en la que estaba sentado.

—Hay algo que tengo que decir, y es difícil.

—¿Te metiste en problemas, chico?— dijo papá cerrando un poco los ojos, con sospecha.

—¡No! ¡Para nada, papá! Es sólo que...— el incidente del día anterior se arrastró ante mis ojos. Los matones de mi clase molestando a un compañero por haber salido del clóset como asexual, y yo con mi complejo de héroe y los viejos movimientos que Bobby me enseñó poniéndome en medio para protegerlo.— Yo... yo...— vi los ojos de mi padre, piedras sólidas y cálidas, y vi a mi madre y a su sonrisa suave.— Soy bisexual.

—¡Genial!— dijo mi hermanito.— ¿Podemos irnos a la escuela ahora?— dejé salir una respiración entrecortada, y mi madre se levantó de su silla y rodeó la mesa para abrazarme.

—Oh, cariño, muchas gracias por compartir ésto con nosotros. Y no te preocupes por nada, que nosotros siempre te apoyaremos.— enterré mi cara en el abrazo de mamá, sintiendo alivio por su reacción. Y entonces fue cuando sentí una mano fuerte apoyarse en mi hombro, y al alzar la mirada me encontré con papá, sonriendo.

—Has sido muy valiente, Dean. Y cuenta conmigo y tío Bobby y tío Crowley para asustar a cualquier patán que quiera molestarte. O que rompa tu corazón.— mi pecho deshizo los nudos que tenía y el miedo desapareció cuando abracé a mi padre, feliz de que se hubieran tomado la noticia tan bien.

—¿Podemos irnos ya?— repitió mi hermano entre risas, antes de jalar mi brazo y sacarme de la casa.

—Esta será una buena semana.— dije sin pensarlo mucho.

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—Dean, habla con tu padre y dile lo que necesitas comparar para el proyecto, ¿de acuerdo?

—Está bien, mamá. Ahora le marco.— saqué mi celular y encontré el nombre de papá con rapidez, presioné el botón verde y puse el teléfono junto a mi oreja, esperando. Después de un par de segundos papá respondió.

—Hey, Dean. ¿Qué pasa?

—Me preguntaba si podías pasar al centro comercial a comprar unas cosas para mi projecto de literatura. Sólo hojas blancas y listón rojo.

—Claro, hijo. Tengo que llevar a éste tipo a la comisaría para que lo fichen, pero después de eso estoy libre.— se escuchó un lamento lejano y una voz amable preguntar: "¿Ese es su hijo, Sheriff? Dígale que tengo un hermano de su edad, sé que le gustará."— Cállate.— contestó mi padre con voz ronca.

—¿Qué fue eso, papá?

—Nada, Dean. Mi criminal favorito quiere emparejarte con su hermano menor.— Oh.

—Pregúntale si es lindo.— solté sin pensarlo. Escuché una carcajada y la pregunta de mi padre: "Dice que si es lindo." "Me gustaría decir que sí, lo es." contestó la otra voz. Mi padre rió un poco y colgó. Más tarde, llegó con un paquete de hojas blancas, un rollo de listón rojo y un papel con un número telefónico, escrito arriba del nombre más extraño que haya escuchado: Castiel Novak.

Destiel Over and OverWhere stories live. Discover now