LA CASA DE BERNARDA ALBA

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               (Cesan las campanas.)

CRIADA. Por la puerta se va a la calle. Las sobras de hoy son para mí.

MENDIGA. Mujer, tú tienes quien te gane. Mi niña y yo estamos solas.

CRIADA. También están solos los perros y viven.

MENDIGA. Siempre me las dan.

CRIADA. Fuera de aquí. ¿Quién os dijo que entrarais? Ya me habéis dejado los pies señalados. (Se van. Limpia.)
Suelos barnizados con aceite, alacenas, pedestales, camas de acero,* para que traguemos quina* las que vivimos en las chozas de tierra con un plato y una cuchara. ¡Ojalá que un día no quedáramos ni uno para contarlo! (Vuelven a sonar las campanas.) Sí, sí, ¡vengan clamores!, ¡venga caja con filos dorados y toallas de seda para llevarla! ¡Que lo mismo estarás tú que estaré yo!* Fastídiate, Antonio María Benavides, tieso con tu traje de paño y tus botas enterizas.* ¡Fastídiate! ¡Ya no volverás a levantarme las

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* tragar quina: soportar una cosa a disgusto.

* Los elementos enumerados son los propios de una casa rica, en particular los pedestales ('zócalos') y las camas de acero, que eran mucho más caras que las de madera, generalmente usadas por los pobres. Recuérdese al respecto lo que dice el protagonista del famoso «Romance sonámbulo» del Romancero gitano: «Compadre, quiero morir / decentemente en mi cama. / De acero si puede ser, / con las sábanas de holanda». 
* Las palabras de la Criada recuerdan al motivo popular de la muerte como gran igualadora de todos los hombres, pues acaba lo mismo con ricos y pobres. El asunto aparece en las danzas de la muerte medievales y en las Coplas de Jorge Manrique (I440 - 1479), quien afirma que, ante la muerte, «son iguales / los que viven por sus manos / y los ricos».
* La vestimenta de Antonio María Benavides, el marido de Bernarda, es la propia del señorito andaluz e indica su clase social acomodada. Las botas enterizas ('botas de caña alta'), por ejemplo, tenían que relacionarse por fuerza con los ricos en una época en que todavía buena parte de los pobres iban descalzos.

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