Una princesa Valiente

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Una princesa Valiente

Era verano, por lo que el clima estaba cálido y un poco sofocado en algunas zonas del valle, pero eso no la detenía en practicar con su arco tallado en una madera suave y preciosa. Últimamente pasaba más tiempo con eso, claro, en tan solo un día sería el gran evento que ha estado esperando desde hace tres años. El torneo de arquería. Aquella joven se encontraba muy emocionada, por lo que no desaprovechaba ningún momento libre que tenía para entrenar; como ahora, que se encontraba apuntando hacia una manzana colgada en un punto alto algo distante de ella, era fácil pero aun así estaba sumamente concentrada.

– Cinco…Cuatro… – Murmuró desde los arbustos apuntando hacia su objetivo mientras estiraba el hilo de su arco. – Tres… Dos…

Y se detuvo.

La manzana había caído sin que ella le diera con la fecha que estaba preparando, por lo que se levantó de manera brusca y se dirigió hacia ese lugar. No había visto ningún animal, así que debió haber sido alguien más. Caminó tratando de evitar tropezarse a cada paso que daba, puesto que en el lugar donde estaba era muy uniforme el suelo y era muy fácil de caerse con algo oculto entre el césped y el lodo. Al llegar dónde había caído la fruta se agachó para tomarla y se dio cuenta que en ella se encontraba clavada otra flecha, obviamente no era suya, así que la sacó de ahí y la miró con detenimiento hasta que sintió como le lanzaban a la parte de atrás de su cuello una pequeña roca. Volteó la mirada con el ceño fruncido para ver el causante de eso y soltó un pequeño chasquido al ver el culpable. Frente suyo estaba un joven más o menos de su altura, cabello castaño y despeinado con una sonrisa ladina mientras sostenía su arco de roble.

– Bueeeenas, princesa. – Saludó el joven mientras se acercaba a ella caminando de una manera un poco tosca a pesar de su complexión física.

– Ted… – Contestó un poco brusca la pelirroja mientras rodaba los ojos. – ¿Es que no tenías otra cosa mejor que hacer?

– Uh, estamos de mal humor, Mérida. – Soltó una risa burlona y se encogió de hombros sin dejar de mirar a la chica. – Solo venía a ver qué estabas haciendo, tu madre me…

La chica alzó una mano en señal de que se detuviera, ya sabía lo que le iba a decir, su madre siempre, a pesar de que ya le daba más libertad con ciertos asuntos aun así mandaba a gente, como Ted, a que la vigilaran y no hiciera nada "tonto". Era realmente fastidioso cuando eso pasaba, pero en el fondo agradecía que fuera él a quién mandaban y no a otra persona.

– Ya lo sé. Pero no estoy haciendo nada malo. Solo practico. – Sonrió con orgullo antes de darle un mordisco a esa manzana que pretendía ser su objetivo.

– Lo sé, lo sé. Te veías tan concentrada que no quería interrumpirte. – Soltó una pequeña carcajada mientras se recargaba en un tronco cercano a él. – ¿Cómo vas con eso?

Terminó de comer el pedazo de manzana que tenía en la boca antes de contestar, en teoría iba bien, pero aún sentía que le faltaba algo más.

– Mejorando cada día. Tengo que seguir practicando todos los días, a cada minuto, cada segundo libre que tenga ¡Necesito ganar esa competencia! –Dijo esto con suma emoción y se podía notar en su tono de voz mientras caminaba de un lado a otro con un brillo en sus ojos.

– ¡Hey, hey! Tranquila, princesa. –Alzó las manos para intentar calmarla antes de continuar. – La competencia de este año será muy dura. Hay buenos arqueros.

Mérida movió la mano en señal de no importarle eso, podía tener a veces el ego un poco alto en cuanto al arco. Claro, ella aplicaba la frase de "Si te gusta y practicas, eres bueno."

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⏰ Última actualización: May 26, 2014 ⏰

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