Ayuda

3 0 0
                                    

Me desperté de golpe por culpa de la alarma, Beth me venía a despertar en 5 minutos más, asique me levante, al parecer me había quedado dormida enfrente de la computadora. Me pase la mano por la cara para reaccionar, me estire y lance un bostezo.

Me levante de la computadora y salí al balcón, estaba amaneciendo, podía escuchar como las olas rompían contra las piedras, el canto de las gaviotas y el olor a sal. Mire a la mesita del balcón y aún había un cangrejo de ayer, asique me senté y lo desayuné.

Justo cuando había Acabado llegó Beth a despertarme.

-Buenos dí...- abrió la puerta con su habitual sonrisa. ¿Em? ¿qué haces despierta ?

-Buenos días mamá- sonreí somnolienta. No se, reloj biológico supongo.

-Okey, estaré abajo haciendo el desayuno- me aviso amablemente.

Me lance encima de mi cama y suspiré profundamente, me sentía distinta, no en un mal modo, distinta, como si fuera alguien nueva. Entre al baño y me quite los shorts llenos de arena. Aún seguía impactado porque ese sujeto había muerto, o creo que yo lo había matado, pero honestamente no sentía culpa, el hubiera echo cosas horribles si no lo hubiera congelado. ¿Pero como era posible que yo pudiera congelar algo ?
Fui a buscar mi cepillo de dientes ,lo deje en un vaso ,me paré enfrente de el  y extendí mi mano como la vez anterior, pero nada sucedía. A lo mejor tenía que cerrar los ojos, los cerré y estire mi mano lo más que pude. Abrí lo ojos y suspiré frustrada, nada había pasado. Al parecer ya no podía congelar cosas, o tal vez solo funcionaba en personas.

Decidí dejar de intentar como escupida e ir a ducharme. Ente al baño y me seque los shorts que estaban llenos de arena y la camiseta.
Una vez desvestida me mire al espejo, pero noté algo raro en mi torso. Me acerqué más al espejo para verlo, tenía algo escrito, como si fuera un tatuaje, estaba escrito con una letra muy rara, como si fuera antigua "Breathe" . Pase mi mano por encima para ver si se borraba, pero no. Estaba pegado a mi piel, Justo por el lado de mis costillas.

Nunca me había echo un tatuaje, ni tenía en mis planes hacerme uno.

Después de estar duchada y vestida, baje a desayunar. Pero no había nadie, solo una nota de mamá ;"Emma, salí más temprano al trabajo porque me llamaron de urgencias, y tu hermano salió temprano igual, dijo que tenía que ir a la casa de un amigo a buscar unos libros, te deje desayuno en el refrigerador, besos"

Abrí el refrigerador y me encontré con una rebanada de pastel de chocolate, rodeé los ojos y ni siquiera lo consideré como una opción.

Eran las 8:30 AM y mis clases comenzaban a las 10 y terminaban a las 3 PM. Aún tenía una hora y media para hacer algo productivo.

Pero en mi mente solo me llamaba el mar, como por un impulso decidí salir a la playa, no lo dudé. Aún seguía algo nerviosa por todo, lo de respirar, lo de mi herida, lo del sujeto del día anterior.

Estaba parada enfrente de la inmensidad del océano, traía ropa, incluyendo zapatillas, pero empecé a caminar a hacia el mar, hasta que por instinto corrí y me lance.

Abrí los ojos una vez sumergida, y todo se sintió  igual que siempre, hasta que sentí como unas raras burbujas me rodearon los pies,  y pude sentir como se apegaban a mis pies, hasta que después de 10 segundos las burbujas se fueron y me dejaron ver.

Pero cuando pude ver , mis piernas habían desparecido, habían sido remplazadas por una larga cola con aletas, color aguamarina.

Atónita parpadee varias veces sin creerlo, gire varias veces, y me sorprendió lo fácil que fue moverla, no era pesada. Pero estaba segura que estaba soñando, y era solo un simple sueño, ya que nada de esto era posible. Cerré los ojos con fuerza para poder despertar.

Fue inútil.

Esto estaba pasando, era real, imposible pero real.

Me di cuenta que mi camiseta igual había desaparecido, en su lugar había un brasier con escamas del mismo color que la cola.

Esto era muy raro, pero debía aprovechar todo esto, sacarle algo bueno.

Decidí nadar, y con la cola nadaba unas 4 veces más rápido de lo normal, y se sentía mucho mejor, aparte de poder respirar, lo cual era increíble, me sentía como si fuera parte de todo esto, como si siempre hubiera pertenecido a este lugar. Los corales brillaban con la luz, y los peces salían de sus anémonas y no se escondían cuando me veían. Aún seguía cerca de la orilla, asique decidí ir más mar adentro , iba a una velocidad increíble. Era una sirena, me había convertido en una sirena, por dentro igual estaba bastante emocionada, porque siendo honestos es el sueño de cualquier niña.

Después de nadar una media hora y comer unos cangrejos frescos que recién había cazado, decidí regresarme.

Aún estaba dentro del agua pero decidí sacar la cabeza para asegúrame que no hubiera nadie cerca, nadie podía saber esto, lo más probable es que me expondrían como a un fenómeno, me estudiarían y harían experimentos conmigo.
Nade hasta la orilla, pero se me olvidaba algo, como diablos se iba la cola. Me arrastre con las manos, y al parecer la cola pesaba bastante fuera del agua.

Mire hacia atrás y había avanzado apenas 1 metro, suspire agotada y seguí tratando de avanzar.

-¿Necesitas ayuda?- dijo una voz enfrente de mi.

Mire hacia arriba y estaba parado William Roberts enfrente de mi.

Breathe MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora