VIII

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- Sam – se acerca a mí

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- Sam – se acerca a mí. Sus orbes muestran preocupación. Se rasca la nuca, frunce el entrecejo y finge sonreír, cuando por fin se calma y mirándome; como solo él sabe hacer; me pregunta:- ¿Te ha tocado?

- Lo ha intentado, pero... - rompo en llanto. Lo miro una vez más antes de fijar mi vista en la fiesta.

- Pero... ¿Por qué lo ha hecho? – me pregunta y en un intento de verificar como estoy, me toca mi cara en busca de algún rasguño o algo. – lo mataré

- Sawyer – digo intentado calmarlo pero no me escucha - ¡Sawyer!

El moreno se levanta y con el bate en mano se acerca al cuerpo de Bill

- ¡Sawyer, detente!

- ¡No Sam! Ví como le hacían lo mismo a mi hermana y esos hombres como él – señala a Bill – merecen morir

Lo ojos de Sawyer están más tempestuosos que antes.

Y no sé qué fue. Si habrá sido la adrenalina, o tal vez lo haya deseado antes. O tal vez lo que sucedido hoy en la tarde. Pero sujeto su rostro y con un ímpetu que no conocía, estampo mis labios contra los suyos. Mis lágrimas se mezclan con el suave tacto del beso. Sawyer tarda en reaccionar pero cuando lo hace me sujeta de mi cintura y me acerca más a su cuerpo. Rodeo su cuello con mis brazos y lo atraigo hacia mi cama. Sawyer gruñe entre besos y como todo galán de telenovelas me levanta para quedar a su altura. Agarra mis piernas y las rodea en su cintura, las cruzas y ahora estoy firme. Intensifico el beso y el me sujeta del culo para no caerme.

- Sam – gime y me siento orgullosa

Le revuelvo el cabello y él jadea entre besos. Se detiene y desciende a mi clavícula. No tardo en unirme a sus gemidos y en un acto salvaje de pura lujuria me tira al colchón.

Y ahí se finaliza nuestro momento. Un momento que me hubiera gustado que durara más. Me acomodo en la pared y en busca de la manta, cubro mi cuerpo. Sawyer se rasca la nuca y caminando de un lado a otro por mi habitación, está pensando. Pero no sé en qué exactamente. De un momento a otro da por terminado nuestro momento de intimidad y ahora parece haber perdido un maratón.

- ¿Te sucede algo? – pregunto mordiéndome el labio para evitar reír

- No...no sé...bueno, sí – responde y yo fijo mirar hacia la ventana para no matarme de la risa. ¿Sawyer...nervioso?

- Oh

No entiendo a los hombres; primero me estaba comiendo la boca como tal bestia a su presa y ahora parece perdido en sus pensamientos, como si no quisiera ver nada conmigo, se aleja de la cama y como todo un cobarde sale por la puerta. Quiero gritar de rabia. Odio que jueguen conmigo de tal manera que me rechacen cuando deseo a la persona. Miro por última vez la fiesta y acerco la silla al lado de la cama. Me arrastro en el colchón hasta que por fin estoy estable en la silla. Muevo las ruedas hasta mi armario y saco del primer cajón una camiseta a cuadros rojos y unos vaqueros negros corto.

INMÓVIL: dejarías tu vida por mi [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora