INMÓVIL: dejarías tu vida por mi [EDITANDO]

XXVIII

Sara camina exasperada de un lado a otro y su dama honor: Hilary Nilton, nuestra vecina, le ayuda con la cola del vestido.

Al rato la rubia le trae un vaso de agua a la novia y Sara se soba la frente. Minúsculas y frías gotas de sudor caen por la frente de la castaña y todas, todas las hermanas Collins, la miramos como atraviesa la etapa de estrés pre boda.

El problema es sencillo, papá está en una conferencia de prensa y no llegara hasta el martes pues se encuentra fuera del país. Sara pensaba que estaría aquí para este día pero ahora debe buscar a otro que la acompañe al altar.

- Juro que lo mataré cuando lo veo, lo juro – dice Sara

- Tranquila hermana – le intenta calmar Carrie pero solo logra que parta en llanto.

La miro impaciente. Si no me hubieran llamado ahora mismo estaría llegando tal vez al clímax con Sawyer. Me cruzo de brazos y observo por la ventana a todos los invitados quienes dialogan entre sí ajenos al problema de la novia. Pero visualizo, más allá del jardín solitario, muy atrás por el árbol en que tallaba nombres, al pelinegro. Esta fumando y como costumbre tiene las manos dentro de los bolsillos. Me muerdo el labio inferior mientras que los gritos de mi hermana se hacen presentes en el espacio.

Sigo observando al pelinegro.

Y no sé qué me habrá delatado, porque inmediatamente voltea y sus ojos se encuentran con los míos. De toda la maldita gente que hay en este lugar. Sawyer ha sido el único que ha levantado la mirada para encontrarla conmigo. Sonrío y le saludo, él hace lo mismo.

Y cuando pensé que estábamos en nuestro mundo una tipa alta, de curvas exuberantes y de cabello largo, negro y liso. Se le acerca a Sawyer.

Mi chico a penas gira la cabeza para mirarla y me molesta y enfada que le recorra el cuerpo con tanta confianza, como si estuviera... ¡Yo que sé!

Pero principalmente ¿Me importa?

Joder claro que me importa

Vuelvo mi vista a los pelinegros, me sorprende que sigan hablando y él la siga mirando. Cojo mis ruedas y doy la vuelta volviendo la vista a mis hermanas con sus horrendos vestidos.

Si Sawyer juega con fuego, pues que se queme porque yo jugaré con un lanzallamas.

- Dile al tío Rodrigo y listo – les digo a todas atrayendo toda la atención a mí – ya dicho, me largo

Cojo mis ruedas y salgo de la habitación de la futura novia para bajar a la primera planta. Ya abajo recorro todo el lugar hasta fijar mi vista en Kyle y en un tipo rubio al lado suyo. Salgo al exterior para encontrarme con ellos pero me hiere, me pone celosa, me sorprende y me enfada que Sawyer siga con la pelinegra a unas pocas mesas de ellos. Me pongo firme y obligo a mis ruedas a encaminarse a mi amigo el pelirrojo y a su rubio amigo.